
Porque terminé el libro de Pilar Calveiro, Política y violencia, una aproximación a la violencia de los años 70 y me quedé con ganas de más, ando buscando con qué seguir. Justo ahora, que el tema flota, espeso, en el aire de aquí y de allá. Gutman, Reato, Vezetti, Grimson, Gillespie, son algunos nombres que tengo en mente. Será cuestión de ir con tiempo a una librería y hojear u ojear hasta decir: "¡éste!".
Oscar Del Barco, Caparrós, Anguita, Bonasso: los leí hace algunos años, en un contexto diferente y, seguramente, sin tanta desconfianza.
Mientras, decido espiar el nuevo libro de Sylvina Walger: Cristina, de legisladora combativa a presidenta fashion. No me hace gracia el título y sé que no va a gustarme lo que voy a leer, pero lo leo igual. En dos días termino las casi 200 páginas de éste libro, que no es una biografía sino una colección de postales o estampas que muestran fragmentos de su vida y diferentes aristas de su personalidad pública, pero más que nada, la personalidad que la autora quiere retratar.
Sé, claro, que Sylvina Walger no la quiere a Cristina ni un poquito. Así y todo me sorprendo cuando leo, me asusto, me complazco, me enojo, me pregunto una y otra vez, ¿¿será verdad?? ¿¿será verdad?? ¿¿será verdad?? Cuentan, dicen, se sospecha..., ¿es suficiente? Si es cuestión de decir, dice cualquiera.
Pero Sylvina no tiene pelos en la lengua. Dice lo que quiere decir, y más. Y con este "más" –sumado al tono, por momentos irónico y burlón–, pierde credibilidad. Uno ve entonces el enojo, la rabia, el desprecio y todo queda teñido de duda.
A mí, personalmente, me bastan 3, 4, 5 datos (por no decir, 6, 7 u 8) para no simpatizar con Cristina, para darme cuenta de que no puedo acordar con ellos. Suficientes para mí. Sylvina carga las tintas, exagera, desnuda su bronca. Y yo no lo le creo, soy pura desconfianza.
Acá les cuento qué dice, entre otras cosas, Walger sobre CK:
- CF de K tiene un único y excesivo objeto de interés: ella misma.
- Idealizó los años 70, sobre todo, la época del peronismo montonero, con el que nunca terminó de comprometerse, pero del que tomó todos los elementos para armarse un personaje: el de la militante sacrificada y despojada. Cristina padece lo que algunos terapeutas califican con "falso self", o sea, creerse algo que no es, una suerte de Cristina in wonderland con que suele fatigar sus discurso.
- Su militancia no fue particularmente participada (considerando lo que tardaba en maquillarse, habría que agregar), ni se involucró el cien por cien.
- Podría haber sido una chica normal y corriente si su madre no la hubiera empujado a ascender socialmente. Ahí nacen todas sus inseguridades, y por ende, todas sus mentiras.
- Se avergonzaba del trabajo de su padre, que era colectivero, y de que se paseara por la casa en camiseta.
- En los 70, cuando la situación política se agravó notablemente, Cris se asustó y le suplicó a N que la sacara del país, N la sacó, pero con destino a Río Gallegos.
- El 16 de marzo de 1977, K fue detenido junto al ex diputado Rafael Flores-Sureda. Fue un padecimiento corto que duró dos días: ambas familias eran muy conocidas y tenían vinculaciones. La liberación fue rápida pero no gratis. Según el periodista Christian Sanz, "los informes de inteligencia de la época dicen que entregaron direcciones, teléfonos e información varia, que desembocaron en numerosas detenciones": Sanz sostiene que esto explica "por qué, a pesar de haber estado en todas las listas y tener una militancia notoria, no se encontró información sobre ellos en los recientemente abiertos archivos de Inteligencia".
- Después de este episodio, N y Flores se separaron para siempre. El motivo exacto no se conoce... Flores se convirtió en principal enemigo de los K.
- En 1978, C y N ya tenían su estudio jurídico.
- Dictadura mediante, a la pareja que hoy gobierna el país no le fue tan mal con el bufete. Compraron deudas hipotecarias y las ofrecieron en los remates de propiedades. Eran los años de Martínez de Hoz, artífice del ingreso del matrimonio al mundo de la usura.
- En 1987 ya eran dueños de una veintena de propiedades en Río Gallegos.
- Acumularon dinero gracias a la 1050 de Martínez de Hoz.
- Método cristino: hundir el estilete al máximo y después presentarse como víctima (tirar la piedra y esconder la mano).
- A C le sobran mal carácter y ansias de confrontación. Le faltan, en cambio, dotes de gestión.
- Le atraen los intelectuales de la izquierda vernácula.
- Los K convirtieron sus apetencias en un enfrentamiento con connotaciones ideológicas.
- Pedante, sarcástica, omnipotente, sabelotodo. Puede despreciar y humillar sin que nadie le ponga límites, salo su marido, que la paraliza con solo mirarla.
- No se la ve feliz. Su cara, inexpresiva por el botox.
- Lleva un libro gordo de petete escondido en el cerebro.
- Nunca en sus discursos pronunció la palabra corrupción.
- Palabras más usadas: igualdad, argentinos, Argentina, Malvinas, país, Bicentanerio: lo menciona varias veces al día, tanto por su connotación patriótica como por el recuerdo positivo que dejó entre los argentinos ese festejo.
- Le resulta imposible explicar algo si no lo vuelve autorreferencial.
- Discurso confrontativo y belicoso, basado en la teoría de Carlo Schmidtt, "según el cual en política prevalece la dialéctica amigo-enemigo".
- N y C se están vengando y quieren destruir un aparato que rompió el pacto con ellos, que es el grupo Clarín.
- Obsesiva con su aspecto. La Cristina de hoy, más que destacarse por su buen gusto, lo hace por la infinita variedad de su ropero. Y porque, como buena argentina, insiste en un look que resalta las formar y le da un aire sexy aun cuando está a punto de aterrizar en los 60.
- Apasionada por el oro.
- Una de sus debilidades son las carteras Hermes. Prefiere las de cocodrilo y lagarto, las más buscadas y que solo se venden por encargo. Los precios oscilan en los 40 000 dólares.
- El descuido en el vestir de K se distancia notablemente del atildamiento de su señora esposa.
- La presidenta colecciona zapatos, tiene más de 100 pares. Otro de sus gustos es engamarlos en el tono exacto de su atuendo, aunque esta tendencia haya pasado de moda, según los expertos.
- Le jugaban (le juegan) en contra caderas anchas y piernas con extremidades regordetas
- La envidia, el resentimiento y el odio moldearon el carácter de NK.
Hasta acá, los apuntes del libro de Sylvina.
Se le fue la mano, insisto yo, porque les dio servido en bandeja a sus retractores argumentos para atacarla, en lugar de tener que defender sus posiciones.
Hay información que no interesa, hay un tono que desentona, hay detalles que tapan el meollo.
Habrá que esperar la biografía que acaban de encargarle a la periodista Sandra Russo.
No es que vaya a creerle, pero que la voy a leer, la voy a leer.