Maldigo a este país que deja a sus chicos en la calle.
Maldigo a este país que empujan a los jóvenes al paco y al delito.
Maldigo las mentiras y los engaños.
Maldigo a los gobiernos que niegan la voz de sus universitarios y los ponen en el lugar de la violencia.
Maldigo a los estudiantes que convierten sus frustraciones en pedradas.
Maldigo a los millonarios que sin pudores hablan de distribuir las riquezas mientras consumen riquezas.
Maldigo a la rubia de hoy en su Montero de vidrios polarizados que corría a 120 por la banquina de la autopista para estacionarse después en el lugar reservado para embarazadas, sin vergüenza.
Maldigo a los periodistas que venden gato por liebre y a los conductores de televisión que aprovechan las rachas del desencanto y de las agresiones para sumar disputas tan guionadas como exacerbantes.
Maldigo a los gobiernos que convierten a sus gobernados en enemigos íntimos.
Maldigo a este país que no se hace eco de la necesidades más urgentes. Como si no se pudiera. Como si no se quisiera.
Maldigo las palabras de Posse, que cree que es la voz de todos los argentinos. Maldigo a Anibal Fernández, que hace de las mentiras nuestro pan de cada día.
Hoy maldigo a este país tan injusto y tan cruel, y a sus políticos, más atentos a sus carreras que a su gente.
Maldigo a este país que empujan a los jóvenes al paco y al delito.
Maldigo las mentiras y los engaños.
Maldigo a los gobiernos que niegan la voz de sus universitarios y los ponen en el lugar de la violencia.
Maldigo a los estudiantes que convierten sus frustraciones en pedradas.
Maldigo a los millonarios que sin pudores hablan de distribuir las riquezas mientras consumen riquezas.
Maldigo a la rubia de hoy en su Montero de vidrios polarizados que corría a 120 por la banquina de la autopista para estacionarse después en el lugar reservado para embarazadas, sin vergüenza.
Maldigo a los periodistas que venden gato por liebre y a los conductores de televisión que aprovechan las rachas del desencanto y de las agresiones para sumar disputas tan guionadas como exacerbantes.
Maldigo a los gobiernos que convierten a sus gobernados en enemigos íntimos.
Maldigo a este país que no se hace eco de la necesidades más urgentes. Como si no se pudiera. Como si no se quisiera.
Maldigo las palabras de Posse, que cree que es la voz de todos los argentinos. Maldigo a Anibal Fernández, que hace de las mentiras nuestro pan de cada día.
Hoy maldigo a este país tan injusto y tan cruel, y a sus políticos, más atentos a sus carreras que a su gente.
Maldigo a los que desparraman odio, sin contemplar siquiera posibles reconciliaciones.
Perdón por la catarsis. Es que estoy muy triste.
21 comentarios:
Prefiero bendecir a quienes se duelen por ello.
Beso grande, Estre.
Amén!
yo hoy tambien maldigo... ojalá que mañana podamos bendecir. besos!
maldigo todo eso y maldigo el despercidio. te acompaño en la tristeza con un abrazo.
Felicitaciones por esas maldiciones benditas!
Desde ese legítimo dolor y tristeza es desde donde se construye una bienaventuranza concreta y valedera.
Gracias a Dios por la sensibilidad y nunca hará faltar fortaleza para soportarla.
Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
San Pablo a los filipenses
4; 4,6.
Esta fue la segunda lectura del domingo, y también la que elegimos cuando nos casamos.
Por ahí te sirve.
Saludos
Salud.
Y por desgracia hay más cosas por maldecir.
Un saludo.
Totalmente de acuerdo amiga.
Miraba el otro día por t.v. al padre de Zahira, la chiquita que jugaba en una plaza y se le cayo el tronco encima, la desesperación de ese hombre me hizo llorar, como es posible tanta desidia.
Cariños
Le regalo una frase que recorte hoy para mi rincón de frases.
"Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena."
Hoy usted se la ganó.
Beso
Ayyyyyyyyyyyyyyyyy, me duele en lo más profundo de mi ser. Estoy de acuerdo con usted. Un abrazo.
Es curioso que siendo cierto que hay tantas cosas por maldecir y tanto maldito dando vueltas, aún el mundo tengo un lugar cálido para que uno sienta al mar y al viento y al sol. Un abrazo enorme y vamos por la mitad del vaso lleno en este proximo comienzo de año...
Puedo comprender este desánimo (pasajero) porque a veces nos tocan de cerca algunas de sus causas. Recibo, me apeno, reacciono, asimilo, y me vuelvo a recomponer para seguir viviendo este mundo contradictorio (siempre, siempre lo fue). Elijo la vida; la construcción de alternativas... y confirmo en los hechos todo lo que me falta hacer.
ESto debe tener que ver con todos los niños de la calle y homeless que viste por el microcentro. A mí también me producen una profunda angustia.
Te mando un beso.
Angie Ang
No la imagino diciendo ay Patria mía, le cabe más el maldigo, pero sólo por un ratito. ¿ok?
Maldigo a las personas que dejan de lado su caballerosidad, tirando la piedra y escondiendo la mano.
Estre, estás triste y enojada.
Eso está bueno también; es un síntoma de tu sensibilidad.
ANONIMO, coincido con Ud.
Qué bien lo dijo.
Gracias a todos, de corazón.
Mañana escribo algo, para dejar atrás este post maldito.
Gracias, otra vez!
buen post, estrella. a mi tmb me duele tanta injusticia y hace bien saber que otros comparten.
Me voy a ver tus fotos, entonces, para distraerme de tanto desencanto.
Perdón Estrella si te hago volver a este post "maldito", pero quería decirte que te acompaño en el sentimiento y que antes que la maldad, maldigo tanta estupidez.
Es todo tan triste... No sé si maldecir ayuda, creo que debe servir para explotar tanta impotencia..
Un abrazo.
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