30.4.09

Feliz Día del Trabajo y Buen fin de semana largo

"Si el texto es un objeto de lectura, el título, como el nombre del autor,
es un objeto de circulación, un tema de conversación".

Gérard Genette
Foto: Manuel Álvarez Bravo.

27.4.09

ADN de un lector*

Cada biblioteca personal es un recorrido y un proyecto único. Nuestras formas de leer no se parecen, porque no existe un lector igual a otro.

Hay lectores aventureros que se lanzan, ávidos, al encuentro de aquello que los instale en plena turbulencia, mientras que otros, lectores rigurosos, siguen atentamente las secuencias de un elaborado itinerario.

Los hay intuitivos, otros perezosos, algunos tan inquietos que, en medio de una lectura y movidos por fuerzas subterráneas, se desvían hacia otras páginas, se bifurcan, se pierden en laberintos inciertos y encuentran en cada historia una historia que nunca termina.

Están aquellos deseosos de similitudes, y esos otros, callados y solitarios que custodian hasta la exageración sus horas robadas al tiempo.

Hay lectores nocturnos que en plena luz del día y hartos de esperar la noche, bajan persianas y encienden el foco más potente mientras encajan su cuerpo en las formas sabidas del mismo sillón amarronado.

Hay lectores de libros prestados que nunca devolverán. Circulan, de tanto en tanto, los titubeantes, vacilan ante datos que se les hacen tramposos, dudan entre los colores estridentes de una portada y los demasiado suaves de otra, o releen, desconfiados, las reseñas necesariamente elogiosas de la contratapa.

Otros, los desbordados y caóticos, aman la confusión, el revoltijo, el más brutal amontonamiento.

Están los rebeldes, los minuciosos, los cobardes. Los ciclotímicos, que veneran hoy lo que ayer detestaron; los distraídos, los insensibles, los siempre fieles y entusiastas que hacen de sus lecturas leña de constantes conversaciones, pero también los fanáticos, esos que apabullan con su vehemencia.

Existen minorías que lo que más hacen es leer.
Otras, que lo único que hacen es leer.

Existen también lectores que se tutean con los personajes de ficción y logran con ellos más familiaridad que con sus compañeros de trabajo.

Los hay poco selectivos, esos que nunca dicen no. Los que eligen siempre el mejor capítulo, y los que vuelven a los textos conocidos y encuentran en cada relectura el doble placer de la repetición y el descubrimiento.

Algunos lectores, lectores nuevos, aterrizan fugaces entre páginas vírgenes de la mano de alguna buena película, mientras que otros se montan al envión de sus lecturas en busca de nuevos horizontes.

Habrá quienes sufran remordimientos por lo que no leyeron, y quienes se sientan marcados a fuego por un único libro. Quienes, impacientes, eviten descripciones, y quienes, voraces y sensuales, lean tres veces el mismo y erótico pasaje.

Los hay veloces, grandes hojeadores, masoquistas y malabaristas, que apuestan a la múltiple lectura de cuatro o cinco libros y que no entenderán nunca a los otros, lectores morosos, que se detienen para saborear esas líneas incandescentes que de repente se vuelven una revelación.

Unos rastrean, otros demandan, acumulan, fragmentan, devoran.

El pasatista se entretiene, el pícaro saltea, el travieso espía la página final, el nostálgico atesora frases memorables, el intimista convive amorosamente entre sus libros, el obsesivo lleva un eterno diario de lecturas, el fetichista recorre los estantes de su biblioteca y acaricia lomos conocidos o recién encuadernados.

El de corazón abierto comparte sus lecturas, el introvertido odia compartir. Unos necesitan de la letra escrita de cada día; otros arrancan cada Año Nuevo; algunos leen de tanto en tanto, de época en época.

Pero leemos y como lectores que somos debemos permitirnos todos los derechos y así poder potenciar nuestro placer.

Leemos para vivir o para gozar; o para abstraernos o para traducir la complejidad del mundo, o para encontrar posibilidades que los límites de la vida nos niegan o para lo que querramos que sirva leer.
*Con algunas variantes: texto ya publicado en este blog en el 2007 (perdonen ustedes, pero tengo una semana ardua y como no podré ir a la Feria del Libro, vaya este post libresco...).

24.4.09

Buen fin de semana

" De cerca todo el mundo es raro".



(No sé quién dijo esta genialidad. ¿Habrá sido Bioy? En caso de que no lo fuera, sabrá disculparme el autor)

23.4.09

Conversaciones I

Entre mis preferencias literarias están los libros de conversaciones con autores. Si los veo en las mesadas de las librerías, me abalanzo, los espío, los hojeo, y si tengo un billete ¡los compro!
Tengo algunos de la colección Biblioteca de la memoria, de Anagrama. Hermosos libros de tapa dura, de un tono de verde casi como el color de las aceitunas. Entre ellos, el de Thomas Bernhard, con una serie de fotos en blanco y negro que puedo observar durante horas.

De la misma colección, un dossier de Paul Auster. Hace algunos años, en New York, seguí la ruta de los barcitos por donde él escribió los distitntos capítulos de El Palacio de la luna.
Creo que leí cinco o seis libros de conversaciones con Borges, pero puedo decir que al que más cuido es Borges, el memorioso, fruto de los encuentros radiales con Antonio Carrizo.
Tengo más, muchos más. Así, converso con Javier Marías, Lobo Antunes, Mario Levrero, Ricardo Piglia.
Se me dirá que es lo mismo que leer un reportaje en el diario o en cualquier revista literario. Pero no.
Ahí está el libro, cómodamente ubicado entre mis manos, en el silencio de la noche, en la intimidad de mi cama.

22.4.09

Post al paso: El mundo del revés


Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.♫

Los ex gobernantes de los últimos años de la provincia de Buenos Aires hablan del desastre de la provincia de Buenos Aires de los últimos años.

♫ - En el horario de protección al menor se desproteje al menor.

♫ - En las próximas elecciones, habrá candidatos para ocupar cargos que no se ocuparán.

♫ - Está prohibido polarizar los vidrios de los autos polarizados.

♫ - Los programas de televisión que empiezan a las 22, empiezan a las 23.

♫ - Los centros de rehabilitación de menores no rehabilitan a ningún menor.

♫ - No se cede el paso cuando se ven los carteles de Ceda el paso.

♫ - No logramos comunicarnos por teléfono con una empresa: nos atiende una máquina que nos dice una y otra vez "gracias por comunicarse con nuestra empresa".

♫ - Se habla de amor, consenso y unión, odiando, monologando y dividiendo.

♫ - Se despotrica contra el botox con los labios hinchados y ardidos.

♫ - Se exhiben en las vidrieras ofertas de productos... que no hay.

♫ - Los únicos privilegiados... no son los niños.


20.4.09

Lifting de Hipocampos


Parece -quién no lo sabe- que los hipocampos se arrugan, así, como se arruga la piel. Se arruga el izquierdo y se arruga el derecho, y entonces empezamos a olvidarnos de... ¡todo!
Por eso, ojo, ¡atención!: no alcanza con ponerse cremas en la cara, ir al gimnasio, comer sano y demás acciones preventivas. No, no, no: hay más tareas para hacer, si es que el tiempo alcanza. Hemos de cuidar y entrenar nuestra memoria. ¿De qué manera? Así:

a) Comiendo pescado dos veces por día. (Sí, dos... ¿¿¿dos???).
b) Muchas frutas oscuras (negras, rojizas o violáceas). Pero muchas.
c) Más actividad físico. Poco es igual a nada.
d) Aprender cosas nuevas: clave para que las neuronas de hipocampo no se aletarguen antes de tiempo:

Un idioma, un instrumento musical, lecturas desafiantes, una nueva habilidad: es decir, pedirle siempre más y más a nuestro intelecto.

Algunos ejercicios para la vida cotidiana:

1) Cuando vamos al supermercado, ir haciendo la cuenta a medida que ponemos productos en el carro. Si no infartan en el momento del resultado final, habrán agilizado sus neuronas.
2) Después de una fiesta o reunión, repasar mentalmente qué se dijo y qué tenía puesto cada uno.
3) En lugar de ingresar los números de teléfono en el celular, intentar memorizar los quincecincoochotresdosseiscerosietenueve. Uf.
4) Contar un cuento, porque como bien dice el subtitulo de este blog: lo que más permanece en la memoria es aquello que puede contarse.

¿Qué más?

17.4.09

Buen fin de semana

Besala como vos sabés, regalate la poesía
De vivir en compañía de la mujer que querés
Convencete que podés no te vayas a Sevilla
que vas a perder la silla y la alegría más bonita
De encontrar la bombachita colgada de la canilla.

R. Castro
J. Roos

16.4.09

Hartazgo


Foto: Villa Jardín,
Me niego a vivir con miedo y a desconfiar de todo el mundo no quiero muros que separen un barrio del otro ni vidrios polarizados ni puertas blindadas y mucho menos cercos electrificados. Basta de ver en los noticieros de cada canal y a toda hora a la misma pobre señora que asaltaron en una esquina de Parque Centenario. Que los periodistas aprendan a callar que no instiguen a los pibes de Villa Jardín al son de dale nene agarrá una piedra y rompé el muro así salís en la tele y yo tengo flor de nota para el noticiero ni al notero de ocasión preguntándole al jefe de los pibes chorros o al más bravo de los barrabravas cuál es el mejor método para afanar después de hacerle un plano detalle de su boca desdentada o de la cadena de oro que cuelga de su cuello. Basta de ojo, cuidado, es peligroso, no vayas, es inseguro, no abras, no cierres, no digas, no ayudes, no atiendas, no pases por ahí, cuidado con aquel pibito, mirá para allá, mirá para acá, corré, no pares, no les des, no les hables, no los mires, uf.
Claro que las cosas no están bien, pero no se puede vivir así.
El camino hacia la delincuencia nada tiene de misterioso: abandono del Estado, inequidad, injusticia, falta de educación. Pues entonces no echemos leña al fuego que no está el horno para bollos y pensemos entre todos como sumar al otro en lugar de expulsarlo. Cómo ayudar, resolver, mitigar, aliviar, trabajar, consensuar, responder, curar, evaluar, contener, sosegar, aquietar, solucionar.

Foto: Magdalena Sorondo.

15.4.09

Me harté de la foto del omelette, va mi rosa tatuada


La rosa es sin por qué, florece porque florece.
Angelus Silesius

... como el silencio que hay entre dos rosas.
Juan Gelman

Rosa de Lima, prima lejana / lengua de gato, bicarbonato de porcelana / dolor de muelas, pan de centeno / hasta las suelas de mi zapatos te echan de menos.
Joaquín Sabina

Cultivo una rosa blanca / en junio como enero / para el amigo sincero / que me da su mano franca.
José Martí

... la que siempre es la rosa de las rosas, / la joven flor platónica, / la ardiente y ciega rosa que no canto / la rosa inalcanzable.
Jorge Luis Borges

Te pido en nombre de los muchos años que estudiaré a tu sombra que me dejes ver la ceniza y después la rosa.
Jorge Luis Borges

Quise cortar la flor más tierna del rosal / pensando que de amor no me podría pinchar / y mientras me pinchaba me enseñó una cosa / que una rosa es una rosa es una rosa...
Mecano

Ay, Rosa, Rosa, dame de tu boca / esa furia loca que mi amor provoca / que me causa llanto por quererte tanto...
Sandro

Quítame el pan si quieres, quítame el aire, / pero no me quites tu risa porque me moriría, / no me quites la rosa, la lanza que desgranas, / el agua que de pronto estalla en tu alegría.
Pablo Neruda

... con que con docta muerte y necia vida, / ¡viviendo engañas y muriendo enseñas!
Sor Juana Inés de la Cruz

Por abajo del mundo va la gente / en busca de la rosa que le falta.
Bersuit Vergarabat

Hoy caminabas en cámara lenta / cuando mordí esa rosa a tus pies / y me ignoraste en forma tan violenta / y si me viste fingiste no ver.
Los Piojos

Si se calla el cantor muere la rosa / de que sirve la rosa sin el canto...
Horacio Guarany

Al verse en la fuente / dice alegremente: /"Qué mona preciosa / parece una rosa".
María Elena Walsh

Tal vez haya un rigor para encontrarte / el corazón de rosa rigurosa / ya que hablando en rigor no es poca cosa / que tu rigor de rosa no te harte.
Jaime Sabines

Verano, ya me voy. Allá, en setiembre / tengo una rosa que te encargo mucho...
César Vallejo

El rosal: lo has visto con infinidad de rosas, lo has visto con una sola rosa, lo has visto sin ninguna rosa. Y no lo has visto nunca con una rosa de más ni con una rosa de menos. Es que has visto el rosal.
Antonio Porcchia

Buscar al pájaro para encontrar a la rosa.
Roberto Juarroz

El sol, la rosa y el niño / flores de un día nacieron, / los de cada día son / soles, flores, niños nuevos.
Miguel Hernández

Tomá esta rosa encarnada / y abrila que está en capullo. / Y verás mi corazón, / abrazado con el tuyo;
Los Chalchaleros

La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos.
Alejandra Pizarnik

13.4.09

Una cosa por otra


Dice ABC en sus diarios:

A Miguel Cané le oí decir erudicción
A Cali F., le oí decir eccenario y eccema
A Guillermo M., le oí decir Prus por Proust; bet seller por best seller
A todo el país, cónyugue
Óir
por oír, a Alicia
Me dispierto por me despierto, a Juana
Yo (si me descuido) digo cabresto por cabestro
Yo digo aujero por agujero y recao por recado

Digo yo (para jugar un rato) en este blog:

A una amiga de mi madre le oí decir: "¡Quiero un omelette bien baguet!" por ¿babeuse? (¿¿no es buenísimo??).
A una amiga de mi hermana le oí decir: "Tuvimos una conversación ted a ted".
A Fulano, cumpleaño por cumpleaños.
Un amigo de los hijos de stella, corsel por corsé
A Mengano, Menen por Menem y Garraham por Garrahan
A una ex vecina: malelucado, buevo y Favarolo.
Yo (si me descuido) digo tualla por toalla
y mounstro por monstruo.

Dicen ustedes:

8.4.09

El Club de los desdentados II

No son horas para andar escribiendo en el blog, pero resulta que no me puedo dormir. Después de dar vueltas y vueltas en la cama dije ¡basta!, y acá estoy.
Acabo de prepararme un desayuno o un no sé qué: un café y una manzana. Qué bajón. Además hay mosquitos y esta noche les tengo miedo. Me zumban cerca de las orejas, siempre ahí.

Hoy fui al dentista, quizás sea eso lo que descalabró mi día.
Resulta que mi dentista es un hombre muy galante. Me recibe siempre con su guardapolvo verde y antes de acomodarme en ese sillón que tanto odio me recita alguna poesía de amor. Tal vez sea su método de persuasión para que mi cuerpo se relaje y él pueda así trabajar más tranquilo. Pero no.

Justamente esta tarde le llevé unas fotocopias que le había prometido del libro Experiencia, de Martin Amis, el lisiado oral más célebre entre los escritores. Le siguen, como ya les conté una vez, Nabokov y Joyce y un poco más atrás, Updike.
Durante mi última visita, hace más de seis meses, habíamos estado hablando de las desventuras de Amis y las constantes referencias que hacía en el libro a sus problemas dentales. Es el mejor desdentado de todos los tiempos, nadie como él ha hecho de su dentadura el principio constructivo de su vida.

Acordamos que no es mi caso, pero no lo dudo: el miedo al dentista es un miedo universal.

Mientras prepara la anestesia, tengo unos minutos para contarle más. Me apuro, porque sé que después todo será silencio, sólo tendré los ojos para decir sí o no, aunque, curiosamente, él no se dé cuente y espere, como siempre, que siga la conversación.
Dos fóbicos más, le dije entre pinchazo y pinchazo. Ángel Rama describe en sus diarios humillaciones y molestias dentales capaces de arruinarle el ánimo por meses; y Levrero, en esa caja de Pandora que es La Novela Luminosa, llega al punto de empezar una entrada con un "ay, ay, ay: cuatro días con dolor de muelas", y otra vez: "un colmillo irradia efluvios malignos hacia los demás dientes".
El dolor le hace ver las estrellas, con el agua caliente, con el agua fría..., hasta con el aire fresco de la calle. Sólo una tarde de crisis existencial, ya en el último subsuelo de la angustia, se lamenta de que el dentista le hubiera suspendido la cita: "no tendré ni siquiera la emoción de recibir el pinchazo en la encía", escribe.
Mi dentista se ríe. Yo no.
La anestesia prende, todo está listo y el hombre empieza a trabajar. Me habla, claro, pero ya no puedo contestarle. Cada tanto me larga un piropo (es un gran piropeador) y yo, que no puedo pronunciar palabra, no le digo ni que sí ni que no, pero lo miro con ojos desconfiados y alertas. Si de algo estoy segura, es de que este hombre se esfuerza inútilmente, imposible creer el más mínimo halago cuando una tiene la mitad de la boca dormida y el succionador incrustado entre los labios.
Lo único que quiero y lo único que espero es el momento de las palabras mágicas: "bueno..., ya está".
Hasta dentro de unos meses, le digo, y me voy pensando que a pesar de estos dos nuevos miembros del club de los desdentados, Amis sigue siendo el mejor.

7.4.09

El tiempo no para

Las horas que paso sentada frente a la computadora me descolocan: no es el mismo tiempo que otros tiempos. Se me queman las tostadas, el sonido del teléfono es apenas un ronroneo lejano, se agarrotan las cervicales, se me pasan los fideos, se me entumece el cuerpo, se me acalambran las manos, se me vuela la tarde.

No es como leer ni como estudiar.
No es tampoco como conversar o manejar o deambular por la ciudad.

Se rinde de otra manera, se permanece quieto, se respira diferente, se habita un tiempo a destiempo, no se entiende en qué mundo se está, como si se habitara, encapsulado, en un espacio extraño.

¿Les pasa a ustedes algo así?

6.4.09

Observaciones cotidianas

"No te preocupes, ya va a pasar", aunque se sepa que tal vez no.

En rueda de amigos, come aceitunas sin dejar de hablar. Los demás lo miran pero no lo escuchan, sólo esperan que escupa el próximo carozo.

Ahí va la niña que hoy aprendió a patinar.

Rabia al darse cuenta de que aquel al que no estima está leyendo a su autor preferido.

En plena discusión, él grita: "¡Bueno, ese es TU punto de vista!", como si ella no lo supiera.

Arrepentimiento frente a un plato de ravioles con salsa fileto ahora que ve el bife de chorizo con papas fritas del hombre que come a su lado.

La pareja relata sus peripecias a dos voces; cuando ocasionalmente se enciman, se corrigen con una sonrisa y vuelven a empezar.

Un linyera zigzaguea por la calle; unos lo esquivan con miedo; otros, como si nada.

Se siente orgulloso de su don de ubicuidad.

De golpe, la certeza de saber que no nos entendemos.

Una mujer le dice a otra: "Estás con mala cara, ¿dormiste mal?".
No, le contesta la ojerosa. Por las dudas, esa noche se va a dormir muy temprano y nadie entiende porqué.

Sentada frente a un plato de verdes vegetales: como si con cada bocado estuviera rezando un padrenuestro.

Quiere dar por terminada la conversación, entonces camina lentamente hacia la salida mientras ensaya exclamaciones de despedida; así y todo, no puede escapar.

Como no sabe qué decir, no dice nada.

Suena el teléfono y nadie atiende, al rato se miran y se dicen: "atendé vos".

El viejito al sol, hasta que alguien se acuerde de guardarlo.

"¿Dormiste?"
" No, dormité...", contesta, ignorando los resabios del temblor de sus ronquidos.

Encontrar un trébol de cuatro hojas iluminó su día.

"Hacé lo que te digo, andá a verlo a X, dale, anotá el teléfono...". Se contesta que sí, como se les contesta a los locos, y se hace un garabato en el papel, aunque no ande la birome.

Observar con compasión a un grupo de turistas agobiados por el calor y la espera, y preguntarse quién diablos los mandó.
Foto: Gualterio Pulvirenti

3.4.09

Buen fin de semana

"Esas viejas casas de París, en barrios descuidados y olvidados, sus altas fachadas grises, sus portones sucios, sus muros descascarados, sus escaleras sombrías. Uno se imagina que no pueden cobijar más que la soledad, la vergüenza, la desesperación y la muerte. Y de pronto se abren de par en par los postigos de sus ventanas y asoma sonriente, abrazada, una pareja de jóvenes amantes".

Prosas apátridas, Julio Ramón Ribeyro.