30.7.10

Fin de semana con lluvia, otra vez


A solas con mi identidad

ajeno a mi esqueleto y a la lluvia,

descarnado

en la penumbra prenatal del dormitorio.

Joaquín Gianuzzi

Camino bajo la lluvia, todo mojado,

cantando, hacia mirajes que huyen

en un rumoroso sueño.

Juan L. Ortiz

Saltó la alegre lluvia por taludes y cauces,

descolgó del tejado sonoro caracol;

y luego, allá a lo lejos, se desnudó en los sauces,

transparente y dorada bajo un rayo de sol.

Leopoldo Lugones

En invierno, la lluvia dulce en los parabrisas,
las carreteras brillando hacia el océano.
Vicente Alexander

Caerá otra vez la lluvia

sobre tus dulces suelos,

una lluvia ligera

como un aliento o un paso
Cesar Pavese

Entre el sol y el maíz,

entre la lluvia y la muerte,

pájaro contra pájaro,

luz contra luz,

flor contra flor.

Roberto Juarroz


Bruscamente la tarde se ha aclarado

Porque ya cae la lluvia minuciosa.

Cae o cayó. La lluvia es una cosa

Que sin duda sucede en el pasado.

Jorge Luis Borges


La tarde triste se revuelve en lluvia

Enrique Cadícamo


Esta agua medrosa y triste,

como un niño que padece,

antes de tocar la tierra desfallece.

Gabriela Mistral


La primera lluvia del año moja las calles,

abre el aire, humedece mi sangre.
Jaime Sabines

Ya no volveré a ti -luna de tierra-;

quédate en tu cielo derrumbado,

con tu piel perdida, mojada en la lluvia.

Ricardo Molinari


Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Federico García Lorca

Hoy llueve mucho, mucho
y pareciera que están lavando el mundo
Juan Gelman

La señora doña Lluvia,
se encontró con un señor;
le dijo "No me despeines
la peluquita, por favor".
María Elena Walsh

28.7.10

Observaciones de invierno


Las familias perfectas, por más que se esfuercen, no son perfectas.

Los que más ofenden y despotrican sin piedad son los que más heridos se sienten cuando, de tanto en tanto, son víctimas del despotricar de otro.

Una mujer que deambula por entre las góndolas del supermercado con todo su enojo a cuestas: maldice al tomate machacado,
sospecha de la fecha de vencimiento de su yogur preferido, escupe sin asco toda su aversión al nuevo envase de la comida para gatos.

El adolescente que corcovea cuando la madre quiere arreglarle el jopo.

En vacaciones de invierno, los que pasean sin hijos se sienten como en país extranjero.

Mirar al niño que duerme y querer dormir así: con la seguridad de que al despertar, una mamá le dará el nesquik a la temperatura justa y le anunciará con un canto la llegada del nuevo día.

¿Cómo se elige a la persona al lado de la cual sentarse en una reunión social? Cinco minutos, diez, a lo sumo, y nuestra suerte estará echada.

Allá está la mujer joven, sentada junto a dos viejos eternos, fumando un cigarrillo. Los mira y piensa: "si ellos están todavía, quizás yo también".

Aquellos que tienen una cierta predisposición al tono categórico se desvanecen en el aire cuando el tono, de tanto en tanto, les sale con un dejo de duda.

Se dice: "Dale, nos vemos", pero se sabe que lo que se quiere decir es: "Esperemos bien sentados".

Ver multitudes en la calle y saber que cada rostro es un mundo.

Foto: Javier Fuentes. www.happ-fotos.com.ar

26.7.10

¿Maestra ciruela, YO?

Escuchado / oído, en radio y televisión:

En canal Gourmet:

* "... y luego porcionaremos en platos de cerámica blanca".

* "... bollamos así todas las piezas...": no está mal, suena extraño.

* "Esa revista yo ya la vi" por "Ya vi esa revista" o "A esa revista, yo ya la vi". Error de sintaxis.

* "las van echando al agua de a dos en dos o de a tres en tres" por "de dos en dos o de tres en tres".


Durante el debate en el Senado:

* "traducieron" por "tradujeron". Conjugación incorrecta del verbo traducir.

* "este agua" por "esta agua": "agua" es palabra femenina que comienza con "a" tónica. Para evitar la cacofonía, se reemplaza "la" por "el", pero decimos: "ninguna agua", "esta agua", "las aguas", "el agua blanda".

* "Hay cosas que el hombre nunca se equivoca" por "Hay cosas con las/ en las que el hombre nunca se equivoca": error en la introducción de proposición.

* "Si se sumaría la oposición" por "Si se sumara...": error de concordancia.

* "... bajo este ángulo" por "desde este ángulo": error en el uso de la preposición.

* "En base a lo dicho" por "Sobre la base de lo dicho": error en el uso de la preposición.

Noticieros radio y tv:

* ... le realizarán un transplante de corazón" por "le realizarán un trasplante de corazón": porque la palabra "trasplante" no lleva n.

* "En la mañana..." por "A la mañana/por/durante la mañana":
error en el uso de la preposición.

* "No quieren más nada" por "No quieren nada más": loc. incorrecta. No sabemos por qué. Pero que es incorrecto, ¡es incorrecto!
* "Cometió más faltas que las que hubiera imaginado" por "Cometió más faltas de las que hubiera imaginado": Cuando "menos" o "más" aparecen junto al sustantivo y sigue una proposición sustantiva, es necesario agregar la preposición "de".

* "Si la gente la pasaría mal, no trabajaría conmigo", dicen que dijo Ricardo Fort: modo de verbo incorrecto, error de concordancia.

* "Estoy más contento que lo que pensaba" por "Estoy más contento de lo que pensaba": error, "más de", "distinto de" (comparaciones).

* "Es dueño de una empresa como muy grande" por "Es dueño de una empresa muy grande".
Sobra, no dice nada, está mal, pero se usa mucho en el lenguaje coloquial.

* "Tengo la esperanza que vuelva" por "Tengo la esperanza de que vuelva": queísmo.

* "Está abrumado con trabajo" por "Está abrumado de trabajo": preposición
incorrecta.

* "El protagonista principal..." por "El protagonista" o "El principal": Pleonasmo.

En el programa de radio de Elizabeth Vernaci:

* "Qué ganas de llenarle el o#*o de l#*+e a esa pendeja" por "Cómo me agrada esa niña o señorita":
qué barbaridad.

23.7.10

Para un buen fin de semana

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida?
Una ilusión, una sombra, una ficción;
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
La vida es sueño, Calderón de la Barca.

21.7.10

Lecturas sin ton ni son


1) Elogio de la delgadez, Cecilia Absatz.
Lo vi en la mesada de Novedades y me tenté, porque me gustan las columnas de Absatz que leo de tanto en tanto. No sabía con que iba a encontrarme. Pues bien, me encontré con una suerte de biografía novelada de su paso de la gordura extrema a la delgadez más extrema aún. Si hay algo que me queda claro, es que para Cecilia Absatz nada, pero absolutamente nada, es tan importante como ser (ni siquiera "estar") flaca. Una oda a la delgadez. Un himno a la lechuga, a las semillas y al brócoli. Pensé que al menos intentaría algunas de las recetas que figuran en el libro, pero ni siquiera, ya las olvidé.

2) Dormir al sol, Adolfo Bioy Casares.
Relectura, tan placentera como aquella primera lectura de hace quince años o más. Cómo me reí, le dirían a Aira. Además del título (uno de los más bellos de nuestra literatura junto con Diario de la guerra del cerdo), ahí está toda la inteligencia de Bioy, su buena prosa y su mirada de porteñito picarón. Lamenté llegar al final, quería más y más, así que ahora ando picoteando ese mamotreto que es Borges, para que la ausencia no me pese tanto. Hay un síndrome de abstinencia en mí.

3) Dexter, el oscuro pasajero, Jeff Lindsan.
Cada tanto, un buen policial viene muy bien. He aquí a un psicópata que mata para no morir. A medida que pasan las páginas uno va entendiendo el por qué: hay una infancia clave, más un misterio de la humanidad, ¿cómo se hace un psicópata? ¿un psicópata nace o se hace? ¿se cura? ¿sobre la base de qué? Más allá de los vericuetos policiales, lo más fascinante de la vida de Dexter es ver cómo se convierte en un gran simulador. Mi entusiasmo me llevó a tirarme de cabeza en la serie americana, entonces vi el rostro de Dexter y su oscuro pasajero. Muy recomendable, pura distracción.

4) La niña guerrera, Laura Ramos.
Empecé este libro antes del gran debate. Historias de vida de diferentes mujeres lesbianas, entre las que están Albertina Carri y Marta Dillon, las que han circulado de canal en canal este último tiempo. Laura Ramos sabe cómo narrar. Casi todas las historias dan cuenta de un ser diferente desde los primeros años de la infancia, del derrotero por encontrar el lugar desde donde poder pararse para empezar a andar. No lo leí de un tirón, pero ahí estuvo, en mi mesa de luz, para ir mechando entre Dexters, revistas Ñ y retazos de diarios atrasados.

5) Verano, de J. M. Coetzee.
Me faltan apenas cinco páginas para terminarlo, pero no quiero llegar al final. Merece un post aparte así que solo adelanto que es una maravilla, que deja más preguntas que respuestas: ¿es ficción o realidad?, ¿quién es el narrador? ¿existió Margot en la vida de John? ¿era Coetzee como él mismo dice que era? Ya leí Infancia, juventud y Desgracia, entre otros de sus títulos, pero después de Verano quiero volver atrás, a la infancia y a la juventud.
¡Ampliaremos!
Ahora me voy a trabajar.

19.7.10

Yo la uso, por eso la recomiendo


Estos últimos tiempos uno ha pasado horas sentado frente a la televisión o al LCDen50cuotas: festejos del Bicentanario, el Mundial, el debate en el Senado. Nosotros mismos, o el de al lado o el de enfrente, hacemos zapping pero cada tanto, la tele sola, sin control, queda clavada en un canal, porque hasta de recorrer la grilla nos cansamos. Entonces uno consume publicidades, qué cosa más horrible. Nunca las entendí, quizás porque nunca, jamás de los jamases, les creí.

Claro que hay distintos tipos de horrores.

Desde la seguridad con la que Andrea Frigerio nos dice que ella usa crema Ponds (ja) y que por eso la recomienda, hasta las encuestas disparatadas, como aquella que asegura que 8 de cada 10 gatos prefieren whisnoséqué. Qué van a preferir, lo que prefieren es un buen pescadito fresco, por lo menos, eso es lo que me dejó de enseñanza años de ver dibujos animados.

Hay otras publicidades muy divertidas, como ésta nueva del sapo Pepe o la de la mujer que gasta a troche y moche, mientras el marido padece, porque total, ella compra todo en cuotas. Pero hay otras, madre mía:

1) La del Llame ya, "blinde su puerta para que no le roben". Se ve a un señor chorro, un hombrón grandote con cara de bueno, no de malo, que está por derribar una puerta con toda su humanidad.
2) ¿Vieron la del viejito que toma algo para las articulaciones y salta y brinca por ahí? No sé, para mí debe de tener casi 100 años. "Pobrecito, ¡se va a morir!", dice L. cada vez que la pasan.
3) Todas las propagandas de Schwanek, su conductora y los testimonios de los casi calvos que se salvaron de la intemperie.
4) Pero aquí viene lo bueno: en un canal de cable, no me acuerdo cuál, les aseguro que vi una publicidad de Dominga Bravo, la vidente campesina, que les resuelve la vida a los estafados, a los desamorados, a los engualichados. Deja su teléfono, ¡ay de los que llaman!
Otra, casi una pesadilla, primer plano de una travesti que dice que ella, gracias a Dios, no usa la crema vaginotrap o algo así, y termina con una celebración: "es lo único que no le envidio a las mujeres, ¡la micosis vaginal!".
No lo soñé, yo la vi.

16.7.10

Buen fin de semana, helado


Subrayados en Cumpleaños, de César Aira.

Las expectativas de cambio se construyen alrededor de un tema, pero el cambio siempre es un cambio de tema.


No fue un caso de "nunca lo pensé", sino de "lo pensé una sola vez", que es peor.


Muchas veces me he preguntado en qué ocupa su tiempo la gente normal, cuando a mí el trabajo de seguir con vida me ocupa hasta el último minuto, y apenas si me alcanza".


Casi siempre, lo más notorio como individualizadores son defectos, tics, vicios, manías, pecados.


Uno de mis anhelos insatisfechos es el de vestirme perfecto. Nunca lo logré, ni me acerqué siquiera. Siempre anduve desprolijo, incómodo, sin elegancia; abrigado en verano, tiritando en invierno".


Mi escepticismo ha recibido tantos golpes que uno más podría derrumbarlo. Sin embargo, por el momento, resiste.


... un escepticismo provisorio, a la espera de un milagro, es el colmo de la credulidad.


Pero ese salto de la muerte al Juicio Final plantea sus problemas. Anoche no me podía dormir del lío que me hice con los cálculos; estuve tentado de levantarme y hacer un diagrama a ver si lo ponía en claro.


No sé si la memoria se me atrofió por falta de uso, o nunca la tuve, lo cierto es que mi mente se mantuvo virgen de contenidos. Eso explica mi nulidad en las conversaciones: no tengo nada que decir, me he desacostrumbrado a los contenidos.


Si dejo de escribir, es como si me quedara sin nada, como si echara abajo un puente por el que todavía no pasé.

15.7.10

¿En qué andás?


¿En qué andás?, me pregunta una amiga:

* Estoy leyendo:

Política y/o violencia. Una aproximación a la guerilla de los años 70, de Pilar Calveiro.
Verano, de J. M. Coetzee.

* Estoy terminado:

La niña guerrera, de Laura Ramos.

* Estoy pintando:

Una silla.
Dos cubos.
Un silloncito.

* Estoy rasqueteando:

Un piso que me da mucho trabajo.

* Estoy corrigiendo:

Dos revistas institucionales.

* Estoy guardando:

Los diarios que no puede leer estos días, los blogs que dejé de visitar esta semana.

* Estoy pensando:

En que, pobre mi vieja, nadie le da el asiento en el tren.

* Estoy proyectando:

Una novela.


* Estoy por ver:

La serie Dexter, porque acabo de terminar el libro en el que está basada.

* Estoy... por ir a prender la chimenea ya, ¡qué frío!


13.7.10

(...)


Hoy será un día de no trabajo. Puedo postergar una entrega hasta el jueves.
Necesito 24 horas de silencio, de pausa, de no decir nada; que mi mandíbula se afloje y se quede así, quieta.
Necesito que mis ojos descansen de las páginas y de las pantallas, que se serenen mis neuronas después de días de intensas lecturas.
Que no suene el teléfono. Que a nadie se le ocurra tocar el timbre hoy. Que la radio se calle y se callen todos los locutores y todos los animadores de la televisión.
Será un día de fuego en la chimenea, de rasquetear pisos, de pintar muebles, de enchastrarme con pintura de la cabeza a los pies.
Un viejo jean, una camisa rota de franela: no quiero más. Que mi columna se tuerza para un lado y para el otro, necesito cargar mi espalda, forzar mis brazos, ensuciarme las manos con polvos y lijas.
Puedo también coser o bordar. Jugar a que soy una mujer de otros tiempos.
No haré listas hoy, total para qué. Si las listas de cada mañana son como el cuento de nunca acabar, como el retorno eterno, como la vuelta de un perro en busca de su cola, como volver a la casilla de salida otra vez. Hoy entro en un paréntesis así: (...).
Después, ya más tarde, voy a cocinar.

Sopa de calabaza:

Rehogar en manteca 1 cebolla muy picada y algunos champignones, picados también.
En cacerola aparte, calentar 1 cda de manteca.
Agregar 2 cda de harina y cocinar unos segundos.
Añadir 1 cda de curry 3 tazas de caldo, 1 cda de miel.
Llevar a fuego junto con un puré de calabaza.
Cocinar 10-15 m.
Agregar crema a gusto.
Salpimentar.

12.7.10

En Areco


Pasar un 9 de Julio en San Antonio de Areco no está nada mal.
Qué día, qué sol.
Ni una nube allá arriba. El azul intenso como fondo perfecto, y bajo ese cielo la Plaza, la Iglesia, la Municipalidad.
Nos sentamos en la vereda de una de las esquinas a tomar un café, a media mañana. Los turistas van llegando, seducidos por el sol que caliente en pleno invierno a pesar del aire frío. Todo se ve más lindo con la luz de la mañana en días despejados. Las cuadras de la Plaza, libres de carteles, de postes, de cables, se convierten en la perfecta escenografía por donde circulan locales y visitantes.

Caminamos por la calle Don Segundo Sombra, la más linda de Areco, y nos cruzamos con un gaucho posmoderno que, con una sonrisa fácil y guiñándonos un ojo picarón nos dice: "¡Que no está el día pa´corpiño calao!". La verdad que no, así que nos emponchamos aún más y siempre por la vereda del sol seguimos el camino hacia el Museo de Molina Campos.

Recorro la galería, atenta a las peripecias de Tiléforo Areco; desde afuera llega el sonido de las guitarras criollas. Me detengo en la lámina publicada en enero de 1931, primera vez que Alpargatas reproduce en los almanaques la obra del pintor de Areco.
Pienso en Don Segundo Sombra, en Fabián Cáceres, en el pendenciero tape Burgos y lamento que el Museo Ricardo Guiraldes esté cerrado. No se sabe cuánto tiempo llevará restaurar lo que la inundación de hace unos meses destruyó. Habrá que volver cuando todo esté listo. Mientras tanto, veo a los gauchos de hoy bailar gatos y chacareras, con sus ropas tradicionales y sus ganas de cantar. Un jovencísimo turista holandés zigzaguea por entre la gente en busca del último choripán, sin siquiera sospechar que unas horas después estará lamentando la derrota futbolera.
Antes de partir, nos tentamos en un puesto de productos regionales, donde un auténtico personaje de Molina Campo (la misma boca, los mismos ojos) nos convence de que esas naranjas, las de ombligo, son las más sabrosas de los pagos de Areco.

7.7.10

Lo mejor y lo peor


Ya está. Qué más da si gana Holanda o España, el Mundial se termina en unos días, y nosotros llegaremos a la final vacíos de emociones. Perdón, me corrijo, vacíos de emociones positivas, porque las negativas todavía rondan demasiado cerca. No digo que estoy como una de mis hermanas, que asegura que se despierta cada día con la ilusión de que todo haya sido un mal sueño. No digo tanto, estoy triste y punto. Pasa que el Mundial nos saca de cuajo del aquí y ahora, ¿y quién no quiere abrir un paréntesis en pleno invierno? Si como dicen algunos el fútbol es el opio de los pueblos, al menos que ese opio nos lleve hacia un lugar más grato...


Lo bueno parece ya lejano... a ver, repasemos:

Lo que más me gustó del Mundial 2010

Los cuatro partidos que ganamos.
Los goles que gritamos.
El gol de Palermo.
La cumbia para Higuaín.
Ver a Heinze corriendo, siempre corriendo.
Los abrazos de Maradona.
¡Las tomas en cámara lenta!, y con esa música (podría estar horas mirando).
El partido Uruguay-Ghana.
El partido Paraguay-España.
El arquero uruguayo.
El DT de Uruguay.
El DT de Paraguay.
La torta de manzana al revés, qué rica me salió.
Las notas de Diego Iglesias en CQC.
Las crónicas de Quintín y las fotos de Flavia en La Lectora Provisoria
.
Las anticrónicas de Necro en La Podredumbre dorada.


Lo que no me gustó:

El 4 a 0.
Las vuvuzelas: qué cosa horrible. De ahora en más, cada vez que suene una vuvuzela los argentinos tendremos un ataque de tristeza.
Las discusiones entre maradonianos y antimaradonianos.
Que los argentinos hayan festejado la derrota de Brasil.
Que los brasileños hayan festejado la derrota de Argentina.
¡Que los uruguayos hayan festejado la derrota de Argentina!
La última conferencia de prensa de Diego Maradona.
Las escupidas de los jugadores, sobre todo la de Ronaldo en primerísimo plano, qué asco (¿por qué escupen tanto, no está prohibido salivar en la cancha?).
Bielsa al borde de un síncope.
Enterarme de que Maradona no le atendió el teléfono a la Presidenta porque estaba llorando.
Sentir pena por Messi.
Sentir pena por los que pierden y por sus hinchadas (cómo olvidar a los dos coreanitos, casi llorando).
Que Máxima Z., con su tapado simil holando-argentino, no nos haya hecho un guiño (tampoco me importa tanto, la verdad, pero cuando la vi, me pareció raro).

Pasó el Bicentenario.

Pasó el Mundial.

¿Y ahora qué?

6.7.10

¿Y cómo es él... o ella?

Siempre leo atentamente la manera en que un autor describe a sus personajes. Van acá algunos hallazgos; me dirán ustedes si no tienen la sensación de haberlos visto, ayer mismo, caminando por las calles.
Personajes desesperados, Paula Fox

"Se pasaba la mano por el pelo a menudo, como si quisiera asegurarse de que aún seguía allí. Aunque era corpulenta, no parecía rolliza. Se paraba con las piernas muy separadas y miraba al suelo con frecuencia, como si desconfiara de su estabilidad. Iba vestida con una camisa de hombre, una falda hecha con un cubrecama de algodón hindú, calcetines blancos y alpargatas; una tenía la suela parcialmente deshecha.

***
"Tenía los ojos de un vivo color azul. Un red de venillas rojas irradiaba desde el centro de su corta nariz chata. Cuando sonreía, como ahora, Sophie le veía la boca por dentro, débilmente rosada, y las pequeñas manchas doradas de sus fundas dentales".

***
Dublinesca, Enrique Vila-Matas.

"La madre, con mirada de pez, cara lívida y sin sangre. Madre e hija, una pareja horrible".

***
"Sus manos eran frías e inertes y nunca daban un buen apretón. Cuando recorría la calle, sus piernas parecían un rígido compás. Algo en su aspecto, con la contribución decisiva de su cabeza, recordaba a alguna alta águila -vigilante, inquieta- de las calles. Un pájaro de mucho cuidado".

***
Ema la cautiva, César Aira.

"Tenía manos blancas y fofas -solo de noche se sacaba los guantes- y al caminar producía una incómoda impresión de torpeza bambolenate por el ancho de las caderas, inadecuadas para sus brazos y piernas flacos; en cambio, era un excelente jinete...".

***
Cerca del corazón salvaje, Clarice Lispector.

"Los senos de la tía eran profundos, se podía meter las manos como dentro de un saco y retirar de allí una sorpresa, un bicho, una caja, Dios sabe qué. Los senos de la tía podían sepultar a una persona".

***
Ejércitos de la oscuridad, Silvina Ocampo.

"Mi tía Alejandrina tenía nariz, cuello, boca y ojos de esfinge griega. Movía una ala de la nariz como si una mosca la molestara. Siempre se limpiaba con la mano la solapa o la pechera del vestido como si le quedaran miguitas después de hablar".

***
El progreso del amor, Alice Munro

"Mary no está gorda en absoluto, pero a su barbilla le ha pasado algo que suele ocurrirles a las gordas: se ha deformado formando una serie de terrazas que acaban en ell cuello".

***
"Catherine, encorvada sobre ella, es una mujer alta, frágil y huesuda, con el pelo rubio y la piel sensible. Tan sensible que no resiste el maquillaje y se alerta fácilmente con los resfriados, las comidas y las emciones".

3.7.10

Tristísimos


Qué pena tan grande.
Por los jugadores, por Diego Maradona pero, especialmente, por toda la gente que este sábado casi primaveral estaba lista para el festejo.
Otra vez será.
De todos modos, gracias por la ilusión. Gracias por el fútbol.

2.7.10

Para un sábado de gloria


"¡¡¡Mamita querida!!!".
Un amante del buen fútbol.

Y para reforzar la cábala, un poco de aliento:

♥ "Y dale alegría alegría a mi corazón
es lo único que te pido al menos hoy"
♥ Filo

"A brillar mi amor
vamos a brillar mi amor"
♥ Nmmntt

♥ "Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y de la melancolía"
♥ Condesa Sangrienta

"♫Vamos ♪vamos Argentina♪
vamos ♫vamos a ganar♫
que♪ esta banda quilombera
no te deja no te deja de alentar♫"
Dick Sustaita

1.7.10

Una tarde en el súper


Voy al supermercado, siempre resoplando porque lo odio.
La idea es volar por entre las góndolas y plaf plaf plaf plaf, tirar en el carro las cuatro o cinco cosas que sí o sí necesito. Cierto es que entro mal predisupuesta, así que cuando me topo con un señor al final del pasillo y nuestros carros se rozan, apenas me disculpo y sigo mi camino, a las apuradas. No tanto porque estoy con el tiempo justo, sino más bien para salir cuanto antes de ese lugar horrible. Pero de golpe, y en medio del perdón-perdón, siento el aliento a ajo del recién rozado. Uf, qué baranda.
Doblo en la espantosa góndola de los papeles higiénicos y me detengo junto a otro señor que está por agarrar el pack de seis rollos; el hombre levanta el brazo y ¡uf! un olor a chivo denso y agrio revolotea por el aire.
Qué olorosos andan todos hoy, me digo, justo en el momento en que un fuerte vaho a ajo se acerca por la otra punta. Así las cosas: el señor del ajo y el señor del chivo frente a la estanterías de los papeles ingratos. Huyo, como huyen los que han visto la luz mala, pero tan traicionera es mi suerte que elijo hacer la cola en el sector verduras detrás de una mujer con exceso de perfume a bergamota. Los olores se me mezclan en la punta de la nariz y estornudo y resoplo y vuelvo a estornudar.
Ya en la línea de cajas, saco el billete que huele a plata sucia, a ajo, a transpiración, a bergamota fermentada. Pago y rajo. Camino con mi escuálido carro rumbo a la salida. Como son las siete de la tarde, hay gente sobre todas las baldosas. A mi lado un chico chupetea la mostaza que va chorreando del gigante pancho que aprieta entre las manos; su hermanito come chipá, que huele como huele la mandioca. Avanza el de olor a chivo, le sigue el que destila ajo.
Por suerte, la mujer abergamotada se distrajo en el sector perfumería.
¿Seré yo? ¿Tendré un quiste en el cerebro que decidió hoy trastornar el sentido de mi olfato?
Llego a casa. Hace frío y prendo la chimenea. Al instante, un increíble aroma a madera chispeante inunda mi casa. Inspiro con todas mis ganas para reciclar el aire de mis pulmones empalagados.