30.4.08

¿Escandaletes de Silvia Süller o los diálogos de Platón?

Entre los tantos libros que me ocupan estos días, tengo la fortuna de estar terminado Las Conversaciones, de César Aira. Me detengo, marco la hoja y subrayo: "me avergonzaba un poco exhibir tanto conocimiento de la vida y obra de las estrellas del espectáculo, cosa que podía dar a creer que me interesaba especialmente el tema o que perdía el tiempo leyendo revistas especializadas. Pero como ya dije, el saber de estas cuestiones está en el aire y más que para tenerlo hay que hacer un esfuerzo para ignorarlo. Y a mí nada humano me es ajeno".
Los que hayan leído del comentarios de Janfi en el post anterior sabrán de lo que hablo.
Que un abogado hecho y derecho, que lee a Deleuze y a Platón sepa vida y obra de la doctora Rímolo o esté al tanto de los avatares de Silvia Süller, habla no sólo de... ¡¡su conocimiento de mundo!!, sino también de su coraje para contarlo.
Hace unos días, una amiga, en medio de una conversación de café, cazó al vuelo el nombre de Catherine Fulop y preguntó quién era. ¿Cómo quién es?, ¿cómo quién es?, la sopapeamos, incrédulos, los otros: ¡la mujer del Ova! Es que no veo tele no es una respuesta, seguimos. Está en los carteles de la calle, en los diarios, en el habla cotidiana, en el aire mismo, ¡en la avenida Lugones! como la agotadora Nazarena Vélez o la hermosísima Araceli. Sólo con anteojeras o encapsulada en el propio mundo es posible quedar fuera de este saber popular que, por otra parte, no le quita espacio a lo aprendido de Nietzcsche o de Kierkegaard. ¿O sí?

28.4.08

Paratextos de un BLOG

Así como un libro está enmarcado en un paratexto (título, cubierta, solapa, dedicatoria, prólogo, índice, etc), los blogs tienen un paratexto de doble faz: o se está de frente al lector o escondido detrás de cada clik.
El título será lo primero que identificará un blog: los hay temáticos (El cliente nunca tiene razón, La lectora provisoria, Palabras), irónicos (Living (la vida opa), Todos gronchos), contundentes (La Nausea, Yo contra el mundo, Viaje como el orto), misteriosos (No tan iguales, Compotadeespeeras, La Escritura o la Neurastenia), afables, fraternos y tentadores (Convergencias, Así me gusta a mí, Letras de Bar), enigmáticos hasta la hora del primer clik (Pan Rayado, Crítica Creación). En muchos casos, se juega ahí mismo la clave interpretativa del blog. ¿Quién leerá Interpretaciones arbitrarias como si leyera Hablando del asunto, o Esperando el pernocte como si se tratara de Cocinate algo?
Si recorremos los links, sumaremos una nueva información: qué lee y a quién vista cada quien. Al revisar los comentarios tendremos el perfil del dueño de casa, sabremos entonces si es amigable o irascible, medido, de pocas palabras o un compulsivo oral. Habrá también archivos minuciosos, con fechas exactas en orden monacal, y otros, un puro revoltijo de etiquetas embrolladas.
Algunos blogs adornan hasta la última esquina virtual, y otros, de tan minimalistas, dicen más con sus silencios porque silencian el espacio en el que están.
Conocido de la vida, la Condesa Sangrienta, el Adivinador del pasado, Mensajero, koba, lexi, Janfi, almendra, el Caballero de la Luna, elpoeta, Jotafrisco, Claude, Nadie, el Ángel eléctrico, Herida de Paris, Ra, Mickey, Dedo en la llaga, aladas palabras, Cass, Ajenjo, filo, serena, nippur: los nicks sorprenden cuando se leen por primera vez, pero con el tiempo se convierten en nombres propios tan reales como Lucía, Silvia,
Susana o Sophie.
Las imágenes, tipografía, citas, agrupaciones de blogs. pronósticos del tiempo, dibujos, concursos, consignas, premios y demases completan el paratexto de este o de cualquier otro blog. ¿Hay más?

25.4.08

Buen fin de semana

"En teoría comprendemos a las personas, pero en la práctica, no las soportamos".
Thomas Bernhard.

Frases célebres de amigas no célebres:

Lo dijo L:
¿¿Por qué cuando me sacaron las amígdalas no aprovecharon la anestesia total para sacarme también las muelas de juicio, quemarme la verruga, hacerme el tratamiento de conducto y la depilación definitiva?? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

23.4.08

Biografías

Entre mis lecturas preferidas, además de los diarios íntimos, estarán siempre las biografías, más exactamente, las biografías que se dejan leer como una buena novela.
No me importa si el personaje es real o ficticio, para mí será real, en la medida en que pueda colarme en su punto de vista y ser testigo de su deambular. Estaré atenta a sus zigzagueos, dudas y cavilaciones y pondré un especial interés en las etapas de la infancia y de la juventud.
Si se trata de un personaje conocido, iré en busca de sus años de anonimato, para encontrar las marcas del ser que con el tiempo será.
Buscaré en su entorno y en su época, en los caminos que se entrecruzan y en los avateres o aciertos de un hombre, para encontrar la clave y la esencia de cada quien.
Siento entonces que algunas reflexiones solo son posibles cuando van de la mano del vivir y del pensar de un personaje, que las convierte, en el mejor de los casos y a lo largo de su vida, en palabras y en acción.

Foto: Magdalena Sorondo.

22.4.08

No sé si se entiende

Algo huele mal en estos días.
Tanto, que ya no parece real lo real, como si la vida misma se hubiera convertido en una película de Ciencia Ficción.
Necesito palabras para darle forma a lo que siento. Voy a mi biblioteca, en busca de El país de las últimas cosas, de Auster. No está. Busco entonces La Peste, tampoco (un libro que se presta es un libro que se pierde, ¿cuándo voy a aprenderlo?). Pero sé que en alguna parte de mi memoria quedó el sedimento de aquello que leí: la imagen de una pura incertidumbre, en un lugar que deja de ser lo que fue porque ya no se lo comprende.
Todavía intentando apresar esa idea que se me desvanece en cuanto empiezo a darle forma, me toca entrar en un taller mecánico. Suena una radio, y la voz gritona del Baby Echecopar.
"¡Estoy muy orgulloso porque me han declarado Ciudadano Ilustre de Esteban Echeverría! (¿¿ciudadano ilustre??). Qué bien me siento, porque a los artistas monologuistas (¿¿¿quééé???) nos cuesta mucho conseguir teatros en los barrios; nos ocupan los espacios los coros de mudos de las sociedades de fomento. ¡Qué barbaridad!".
Acá lo tengo, me digo: "En mí, pura incertidumbre e incredulidad; en el hombre que habla, confusión, calamidad y desfachatez".

Foto: Harry Callahan

21.4.08

Adhesiones y aversiones del pan de cada día

El otro día en el supermercado, un hombre, sorprendido casi hasta el escándalo, le decía a su mujer: "¡¡No estamos llevando proteínas!!". No fue un: "Che, flaca, agarrá unos bifes" o "traete un paquete de lentejas". Le dijo así: p r o t e í n a s; hasta acentuó con cierto dramatismo la sonora letra i.
Ya no son las madres, ni mucho menos las abuelas, las que nos dicen qué comer y qué no. Hoy son los telenutricionistas y los tesoneros yoguristas, los que, despacito y suavemente, nos convocan, junto con las modas ruculeras, los antichatarristas y los dietamoralistas, a pensar en un plato de comida como en el santo remedio para todos nuestros males.
Ya no comemos una milanesa con ensalada, sino proteínas con carbohidratos, vegetales con nutrientes varios y betas carotenos, enriquecidos con omega 6.
No se disfruta de un buen plato de fideos, apenas si se "cumple" con la "ingesta diaria" de los "requerimientos del organismo".
Todo bien. Los yogures enriquecidos llegaron para quedarse, pero que el yogur siga siendo yogur..., y no un complejo de bacilos de nombres extraños que navegan por nuestro intestino.

Qué asco.

18.4.08

Buen fin de semana

"Que cien mil personas jodan, y que en el mundo no se haya hecho nunca otra cosa, ¿disminuye quizás el placer de quien –de mí– está jodiendo? Y de que cien mil hayan tenido desengaños, ¿disminuye quizás el dolor de quien es engañado? Esto es shakesperiano".
Cesare Pavese, El oficio de vivir, Seix Barral, 2001, (traducción de Ángel Crespo).

17.4.08

Diálogos VII

– Alumnas: una novedad, la Real Academia acaba de incorporar al Diccionario la palabra inglesa "iceberg". Se debe pronunciar al modo español: i -ce- berg.
– Pero, profesora, ¡es horrible!, ¿quién va a decir i-ce-berg?
– Tienen razón, por eso... yo digo "témpano".

16.4.08

Ejercicio para poder dormir

Sin por qué ni para qué, con la sola intención de poder dormir, anoche intenté recordar novelas con nombres de personas en su título. Hasta acá llegué, que vergüenza:

Ulises, Don Quijote de la Mancha, Madame Bovary, Ana Karenina, El amante de Lady Chatterley, Emma, La Señora Dalloway, Las aventuras de Huckleberry Finn, Arthur & George, Facundo, Queremos tanto a Glenda, Pedro Páramo, Doña Bárbara, Historia de Mayta, La tía Julia y el escribidor, Todos los funes, Amalia, Rebecca, una mujer inolvidable; Acerca de Roderer, Te digo Magdalena, Ema, la cuativa; Doctor Pasavento, Bartleby y compañía, Gutierrez a secas, Mrs Craddock, Monsier Pain...
¿Quién da más? (vale todo).

13.4.08

Dónde y cómo

Se dice que lo único que quiere un lector es seguir leyendo.
Me pregunto dónde y cómo lee el que lee.
Puedo decir, por mi parte, que no existe la posición perfecta para siempre. Habrá días en los que buscaremos el sillón, ese que ya tiene la forma de nuestro cuerpo, o la cama más blanda y la mejor almohada. Podremos leer boca abajo, sobre la alfombra, en posición de loto, o con las piernas descansando sobre la mesa.
Si elegimos una hamaca paraguaya en el jardín, sabremos que, con tanto vaivén, nos arriesgaremos a ser vencidos por la modorra pasada la tercera o cuarta página.
Si en cambio, nos esondemos en nuestro cuarto propio, iniciaremos la lectura con una serie de ritos que estarán anticipando el gozo de lo que vendrá: se cierran puertas, se prenden las luces que iluminarán las páginas, se acomodan almohadones, se tiene cerca una manta por si la quietud de la lectura nos congela la espalda, se llevan lápices y anteojos; cigarrillos, cenicero, diccionarios, si es el caso; un vaso con agua o alguna otra bebida; un termo, el mate, algún libro de consulta.
No habrá que cantar victoria.
La postura cómoda de un lunes acalambrará nuestras piernas un martes; el sillón preferido no siempre estará disponible, y la cama no nos permitirá sostener con dignidad un libro de más de quinientas páginas.
Pero como el lector tiene vocación de lector, se las ingeniará para encontrar, después de probar una y otra vez, el sitio ideal para ese libro y para todos los libros. Cada uno sabrá construir su propio itinerario.
Foto: Magdalena Sorondo.

11.4.08

Buen fin de semana

"Es abusivo el identificar el lunfardo con el habla de los argentinos. Es abusivo identificar el lunfardo con el lenguaje popular, cuando es sólo una de las manifestaciones de él. Es abusivo identificar el lunfardo con el habla porteña. El lunfardo es un habla popular, de entre las muchas que hay: la de los deportes (del fútbol, "chilena", "palomita", "de chanfle"), de la drogadicción: ("fumata", "pastero", "merca", "falopa") (...), de la juventud: ("cheto", "goma", "chabón", "hacer rostro"), de la música popular: ("patovica", "ricotero", "pogo", "bardo", "tribu"). No se tiene derecho a rotular el todo por las partes, pues genera confusión. Quienes lo hacen cometen sinécdoque (...)".

De la "Introducción" del DICCIONARIO DEL HABLA DE LOS ARGENTINOS (DHA), Academia Argentina de Letras, 1era. edición, 2004.

10.4.08

Diálogos VI

Una mañana inmejorable: la temperatura justa, la brisa suave, el cielo de un intenso azul. Hay perfume a verano en el otoño tardío, que redobla esta ráfaga exultante de alivio que siento apenas salgo del consultorio del dentista: sensación de deber cumplido.
Decido que la mañana se merece un café; elijo la vereda, bajo un tilo añoso. Me atiende un chico de unos veinte años, de quién sospecho que está, como yo, en un buen día.
Casi cuando estoy por irme, una familia se ubica en la mesa de al lado. Mientras el mozo se acerca a tomarles el pedido, los dos seguimos atentamente esta conversación:
- What a shame, me hubiera gustado comprarme that shoes, the black's one.
- Bueno, tomorow volvemos... y yo quiero ver the blue dress and the bag, the big one...
- No, no, la grande no, the small one is for you, ¡the big one para mí! Please, think about it, ¿pedimos coffee con medialunas?
Miro a mozo y le pido la cuenta. Él está tentando, y yo también. Nos miramos y nos sonreímos: somos involuntarios testigos de este bizarro diálogo. Y entonces un nuevo condimento redobla mi entusiasmo de esta mañana: el cruce de miradas cómplices, la sonrisas sin palabras.
Regalos de la ciudad, en plena calle.

8.4.08

Matías Martin la liga en La Liga

Me propuse anoche ver la primera emisión de este año de La Liga, quizás, porque el año pasado me gustaron algunos programas y, especialmente, la conducción honesta de Ronnie Arias y María Julia Oliván.
¿Cómo sería esta nueva Liga con Matías Martin y Clemente Cancela?
Pasados los primeros quince minutos, ya extrañaba a sus antiguos conductores.
A Matías Martin se lo veía incómodo. No tiene el perfil de hombre sensible de Gastón Pauls ni la valiente picardía del Arias que vi en La Liga. Como si él mismo se preguntara qué hacía ahí, metido en semejante lodazal, lejos de su amigo Cabito y el resto de la banda adolescente.
¿El tema del día? Las zonas del delito.
Primera entrevista: Matías Martin conversa en dulce armonía con cuatro o cinco delincuentes. No son chicos o adolescentes, víctimas de la exclusión y el abandono. Son hombres de alrededor de treinta, aunque no hechos ni derechos. Supongo que para lograr cierta empatía con ellos, Martin les pregunta, mientras ríe y sonríe una y otra vez: "¿Vas con caño? ¿Y si te pinta la loca qué hacé? ¿Lo clavaste? ¿Y si otro te quiere afaná? ¿Salís con un fierro? ¿Para vo'esto es un laburo? Los hombres, con la cara borroneada por la cámara, contestaban cada una de sus preguntas, como si fueran las estrellas de la noche, aunque la respuesta fuera: "Y, si le tengo que dar le doy, es mi vida o la de él". Había orgullo y arrogancia en sus respuestas y hasta ostentación de sus vivezas, cuando en un momento desafiaron al conductor a qué dijera de qué manera entraría él para afanar en una casa.
"No le robamos sólo al turista o al rico, les robamos a todos", dijo uno, después de explicar cómo eligen a sus víctimas. Matías Martin sigue sonriendo. Claro que su función no es la del moralista, pero Ronnie Airas hubiera repreguntado con inteligencia y reaccionado con honestidad a la desfachatez delictiva.
Mientras, Clemente Cancela y una nueva conductora, con el rostro desencajado, conversaban con hombres y mujeres que viven muerta de miedo en las villas, a merced de las bandas de narcotraficantes, en tierras que no son de nadie, donde policía y delincuente van de la mano.
No tienen nada y se quedan sin nada. Sólo tienen incertidumbre, angustia, impotencia. Miedo por ellos y por sus hijos.
Si de mi dependiera, parte del dinero de las retenciones lo usaría para abrir calles en villas y barrios, cuidar a la gente honesta, combatir las bandas que giran porque gira la droga, limpiar la Policía, educar a los niños.
Y no estoy siendo ingenua. Es prioritario, es urgente. Es prevención. Es lo justo.

7.4.08

El lector-detective

Como todos ustedes ya saben, soy una lectora con delirios detectivescos.
Cuando me entusiasma un libro, comienza entonces mi periplo: ratreo de punta a punta la obra del autor que supo cautivarme, espío en sus lecturas y me zambullo de cabeza en lo que otros escriben sobre él.
En orden de preferencia, busco primero sus Diarios, si es que los tiene.
En segundo lugar, como si tuviera una real necesidad de entrar en diálogo con ellos, elijo los largos reportajes o los libros de
conversaciones.

Va hoy esta selección que les recomiendo, por más de un motivo: porque mientras se leen, uno tiene la sensación de estar sentado a la mesa con el entrevistador y el entrevistado; porque son libros bellos, de tapas duras, tipografía perfecta y papel grueso de color indefinido; y, como si esto fuera poco, de regalo, muestras de manuscritos y fotos de los autores, para detenerse a mirar y mirar, buscando tal vez encajar, como en un rompecabezas, aquello que hemos leído con el rostro que vemos y que no siempre responde a ese decir.
1) Conversaciones con Thomas Bernhard, Kurt Hofmann, Biblioteca de la memoria, Anagrama.
2) Conversaciones con Antonio Lobo Antunes, María Luisa Blanco, Siruela.
3) Dossier Paul Auster, Gérard De Conrtanza, Biblioteca de la memoria, Anagrama.

En la foto: Thomas Bernhard.

4.4.08

Buen fin de semana

"Respeto a muy poca gente. Esa gente que respeto prefiero no conocerla. Se me cayeron todos los ídolos desde que se separaron Los Parchís.
Mi primera depresión duradera y grave fue cuando falleció Michael Landon. Quise ir al velorio, pero mis padres no tenían dinero destinado para ese viaje. Michael Landon fue el único padre que conocí que fuera padre. La familia Ingalls es la única familia que conocí que fuera familia.
Con mi hermano hemos llorado noches enteras por la fiebre escarlata de Laura. Por ellos quise tomar la comunión, pero tampoco me dejaron".
"Retrato impresionista:voces graves se hacen fumando", de Vera Fogwill, en No somos perfectas, editado por Mori Ponsowy.

3.4.08

El cuento que empieza cuando la realidad termina

A pesar de que colecciono primeras frases y grandes principios de la literatura, veo que tengo abandonada esta sección del blog.
Pero esta tarde, mientras miraba por televisión los discursos en vivo de hoy y extractos grabados del de ayer, me encontré pensando en cuál habrá sido el momento excacto en que empezaron los enfrentamiento de los unos con los otros.

Me acordé, entonces, de El Matadero, de Esteban Echeverría.
El primer cuento de la literatura argentina –que funda una manera de escribir–, da cuenta de enfrentamientos, violencia, sangre, rabia y simulacros.
Desde la primera e irónica frase, no sabemos exactamente qué se nos va a contar: ¿una crónica, un relato de ficción, una pesadilla?
Acá va el primer párrafo. Para el cuento completo: acá.
"A pesar de que la mía es historia, no la empezaré por el arca de Noé y la genealogía de sus ascendientes como acostumbraban hacerlo los antiguos historiadores españoles de América, que deben ser nuestros prototipos. Tengo muchas razones para no seguir ese ejemplo, las que callo por no ser difuso. Diré solamente que los sucesos de mi narración, pasaban por los años de Cristo del 183... Estábamos, a más, en cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires...".
El Matadero, Esteban Echeverría.