"Tinelli le da a la gente lo que la gente quiere ver".
¡Andá a cantarle a Gardel!
Esta es la respuesta que tienen a mano todos los que les conviene que la tele sea lo que es: basura. Que no es lo mismo que popular.
¡Andá a cantarle a Gardel!
Esta es la respuesta que tienen a mano todos los que les conviene que la tele sea lo que es: basura. Que no es lo mismo que popular.
Así como Alan Poe construyó el lector de cuentos policiales, Tinelli ha construido el espectador de la televisión indigna, y lo alimenta día a día hasta el empacho.
Que es un hombre muy capaz, dicen algunos. Sí, tiene una gran habilidad para detectar la parte grotesca, grosera, conventillesca y malintencionada de la gente y hace todo lo posible por exacerbarla.
Miente, simula peleas y discusiones, instala una puesta en escena sin importale que se vean los hilos por detrás. Elige a los personajes más desagradables y saca lo peor de ellos; es guarango, falso, solapado, insoportable, gritón.
El engañador Tinelli, que se llena de plata embruteciendo (sí, embruteciendo) e intoxicando (sí, intoxicando) a su público -al que lleva de las narices sin esconder la soga-, no está solo: hay todo un equipo de grandes expertos detrás de cada programa, pensando en la mejor manera de agarrarte de la ñata para que te quedes pegado a la pantalla. Todos hacemos el mismo zapping, al compás de: “qué desastre esta televisión".
Hay quien mira y, mientras mira, no puede evitar quedar como fascinado por tanto revoltijo a la intemperie.
¿Él les enseñará a sus hijos a insultarse, a decirse cualquier cosa, a venderse por unos cuantos billetes, a mostrar lo peor de ellos mismos, a engañar a los otros?
No lo creo, para ellos debe de reservarles el mejor de los mundos. Y la escoria de la vida, en lugar de ponerla debajo de la alfombra, se la tira, como si fueran margaritas, a los chanchos, a sus televidentes, televidentes que él mismo supo modelar.
De ahí su gran responsabilidad.
En cuanto al horario de protección al menor: Ja.
Más de un niñito, desde Puerto Madero hasta la villa 31, han visto cómo la Suller acusaba a no sé quién de maricón, mientras hacía un gesto de “se la come” o agarraba un pene imaginario, al que chupeteaba como si fuera un rico helado de frutilla a la crema y chocolate granizado.
Mientras, el pelandrún de Tinelli ponía esa caripela de “ay, qué barbaridad, se zafó el hada madrina, esto es un descontrol”.
Úna fantasía propia: encontrármelo algún día, por ejemplo, en un ascensor estancado, para poder cantarle las cuarenta.
Si fuera mi padre le diría que me averguenzo de él. Si fuera mi hijo lo mandaría a la cama sin postre. Eso para empezar.
Más de un niñito, desde Puerto Madero hasta la villa 31, han visto cómo la Suller acusaba a no sé quién de maricón, mientras hacía un gesto de “se la come” o agarraba un pene imaginario, al que chupeteaba como si fuera un rico helado de frutilla a la crema y chocolate granizado.
Mientras, el pelandrún de Tinelli ponía esa caripela de “ay, qué barbaridad, se zafó el hada madrina, esto es un descontrol”.
Úna fantasía propia: encontrármelo algún día, por ejemplo, en un ascensor estancado, para poder cantarle las cuarenta.
Si fuera mi padre le diría que me averguenzo de él. Si fuera mi hijo lo mandaría a la cama sin postre. Eso para empezar.
Y para terminar:
Si escuchar música, ver un buen programa, pasear o tener una buena conversación hacen bien, pues ver cosas horribles, violentas, escabrosas, falsas y mentirosas, hace mal. Me parece a mí.
Si escuchar música, ver un buen programa, pasear o tener una buena conversación hacen bien, pues ver cosas horribles, violentas, escabrosas, falsas y mentirosas, hace mal. Me parece a mí.
8 comentarios:
excelente, Totalmente de acuerdo.
SOS UNA GENIA,
encontraste el lugar perfecto para decir con todas las palabras (y que bien elegidas!!!) todo eso que tenés dentro y que no es fácil compartir en una reunión de amigos. No porque no sea interesante, sino porque nunca podrías explayarte en un pensamiento tan bien descripto sin que alguien te interrumpa antes.
Todo lo que leo lo comparto. Desde Tinelli hasta el carrito del super.
Aunque no tengo dudas de conocerte y mucho, creo que acá tengo acceso a esa parte "intelectual" tuya de la que me siento tan lejana. Y me encanta poder compartir tu placer por la lectura y la escritura.
Te admiro, Estrella, y me alegra muchísimo este lugar tuyo que te inventaste con tanta sabiduría.
Tu amiga
me encanta todo lo que escribís,
es un placer encontrarte en la compu.
me hacés reir, me hacés pensar.
gracias.
Gracias, ele. Qué bueno que estés tan de acuerdo.
Anónimas amgias: una alegría encontar sus comentarios, ¡cómo me gusta! Vamos a ver cómo sigue esto, está bueno que me lean, amigas queridas.
Todo muy cierto, Tinelli conoce de marketing y sabe apelar a nuestra alma "voyeur", ¿cómo se explica sino que tanta gente se enganche con el program sólo para ver cómo se pelea tal con cuál o qué nuevo quilombo se arma? Y este es un ejemplo, Gran Hermano es el ícono por excelencia del voyeurismo, y al morbo.
estrella, vengo de lo de crab.
quiere que le diga lo que a mi me parece?
me parece que Tinelli debería ahogarse en su propia grasa!!
mejor ni hablemos de la canosa, de maldita tv, de los roldán..
mejor dejemos ahi que recién ceno y me cae mal la entraña.
buen blog, volveré por aquí!
Desiree,
gracias por el comentario, y es así, no es culpa del que lo ve, sino de él.
Swimming,
unos se alimetan de los otros, y cada vez quieren más. Me pregunto cuántas veces se dirán a sí mismos: qué malo lo que estoy haciendo.
de alguna manera es muy lindo lo que decís de mí
es sincero
y eso me gusta
gracias, ramos.
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