Siempre sospeché que una mujer, para convertirse en escritora, necesitaba algo más que su cuarto propio: exponerse a una vida alejada de las rutinas domésticas, lejos de una casa repleta de infancia. Pero algunas mujeres aprenden a escribir al ritmo de la siesta de los hijos. Aunque, seamos sinceros, las amas de casa sufren del Mal del Desprestigio.
Me acuerdo, hace ya algunos años, cuando Norma Morandini dijo en un programa político que se alarmaba al ver señoras deambulando por las calles o los centros comerciales con caras de aburridas, y también me acuerdo que entonces retruqué su observación en enfático monólogo interior. Yo aprovechaba esas horas robadas a mi trabajo de cien por ciento madre, para tomar un café en algún bar o pasear relajada, sin apuro, mientras saboreaba cada segundo de esos espacios de ser sólo yo, antes de volver a mi casa al encuentro de los muchos: ¡"mamá"! o del lavarropas con carga de 10 kg.
Esa mujer, le dije a Morandini, que camina con cara de aburrida no siempre está aburrida. Es el que mira el que se aburre de mirar.
Al tiempo, fui yo la que pudo observarla a ella: me la crucé por la calle Honduras, en pleno Palermo. Iba, decididamente, con cara de aburrida, pero yo no me alarmé, porque supuse que entre vidriera y vidriera, esa mujer llevaba su mundo interior siempre a cuestas.
La ciudad, parece, está plagada de malentendidos.
Me acuerdo, hace ya algunos años, cuando Norma Morandini dijo en un programa político que se alarmaba al ver señoras deambulando por las calles o los centros comerciales con caras de aburridas, y también me acuerdo que entonces retruqué su observación en enfático monólogo interior. Yo aprovechaba esas horas robadas a mi trabajo de cien por ciento madre, para tomar un café en algún bar o pasear relajada, sin apuro, mientras saboreaba cada segundo de esos espacios de ser sólo yo, antes de volver a mi casa al encuentro de los muchos: ¡"mamá"! o del lavarropas con carga de 10 kg.
Esa mujer, le dije a Morandini, que camina con cara de aburrida no siempre está aburrida. Es el que mira el que se aburre de mirar.
Al tiempo, fui yo la que pudo observarla a ella: me la crucé por la calle Honduras, en pleno Palermo. Iba, decididamente, con cara de aburrida, pero yo no me alarmé, porque supuse que entre vidriera y vidriera, esa mujer llevaba su mundo interior siempre a cuestas.
La ciudad, parece, está plagada de malentendidos.
29 comentarios:
Sé que no tiene nada que ver, pero si iba caminando por Honduras, seguro que iba horrorizada, pobre señora.
Me encontré en esa calle/barrio hace dos semanas y salí espantado. Parecía que caminaba por Beverly Hills, no hay nadie normal en ese lugar, tanto hombres como mujeres pasean vestidos como si fueran modelos, con perros hermosos de la correa, los chicos de hasta 14 con Ray-bans sobre sus ojos... seguro estaba pensando lo mismo que pensaba yo mientras pasaba por ahí: ¿Cómo salgo de este lugar?
Qué linda parábola, cómo terminó su discurso sobre ella...
¡Muchas gracias por seguirme!
Estrella, es lo que usted ya dijo en algún momento, no tenemos paciencia para escucharnos. Escucharnos de verdad, asertivamente.
Como con el viejo caminando a su propio paso, o como el apurado. No nos miramos como iguales.
En algún momento tendremos que hacerlo.
fraterno
js
Interesantísimo manual para ser escritora. Siempre he pensado en qué sería de mí alejándome de la cotidianeidad y las exigencias que implica, incluso sin hijos ni casa a mi cargo.
Es necesaria una vuelta por ahi a solas con nosotras mismas. Creo quecada ciudad nos tiene reservados determinados lugares para miarar y ser mirados con la cara que queramos, más allá de los malos entendidos.
Me parece muy soberbio presumir de conocer el aburrimiento ajeno. A mi me pasa que mucha que aunque soy aburrido y en general lo parezco, muy pocas vees lo estoy. Sólo mi mujer se da cuenta cuando me aburro, en infalible en eso.
Saludos
Excelente observación!
MATÍAS,
Es que Palermo tiene su perfil de gente bien definido. Seguramente iba pensando qué loco es esto y qué caro todo... pero caminaba despacito, como si quisiera perder el tiempo. "Como si".
Gracias por pasar (me gusta que me dejes comentarios).
JOTA,
De acá hasta el fin del mundo! Ojalá te encuentres con la sapa.
JOSÉ,
Quizás con que, frente a la duda, pensemos bien del otro, en lugar de mal. Lo digo por mí también, claro. Más de una sorpresa me he llevado en mi vida.
ECLIPSE,
¿Verdad? No hay nada más lindo que perderse en una ciudad. Y bueno, ni no vamos apurados, es porque no estamos apurados.
HERIDA,
Tampoco m aburro, jamás, cuando estoy sola. Sí en otras situaciones (cuando me quiero ir a mi casa). Eso que señalás es una de las buenas cosas de las parjeas: se sabe del otro, sin malentendidos, con apenas una mirada.
PABLO,
Gracias!
si, no se, yo no tengo hijos, y la verdad ultimamente no me aburro porque estoy tapada de trabajo. A veces me angustian, en cambio, los fines de semana largos (ni que hablar de las Fiestas).
Que linda reflexion de Opi Y Estre sobre la pareja.
Me suena lo de Morandini y tus reflexiones pasadas. Yo no le tengo miedo al aburrimiento, menos que menos a los "caras aburridas", es algo natural aburrirse aunque se tengan mil opciones para elegir.
Pasear con "cara de aburrida", es, probablemente, al menos para mi, pasear en paz!
Nunca voy a olvidar, Estre, una cosa que escribiste alguna vez, en cuanto a los malosentendidos de la ciudad.
Era algo asi como que cuando uno ve a una pareja sentados en un bar, y ambos en silencio, puede pensar dos cosas: "que aburridos que son, no tienen temas de conversación" o , "qué bueno es poder estar en silencio con alguien, sin que el silencio moleste"
Y es asi, no siempre todo debe ser lo que a primeras vistas parece.
Besos
Me encantan tus reflexiones.
Solo para apoyar el elogio de Stella: Es verdad que en estos giros de "Esa señora parece aburrida pero vive su mundo interior" / "El niño que pasa cartoneando parece que nos amenaza, pero necesita un abrazo" , etc...En ese tono Estrella brilla. Saludos
¿El malentendido no está en la base de nuestras relaciones?
Por eso la empatía, que no siempre es buena, nos solidariza con las otras mujeres, tengan o no cara de aburridas.
Cuando puedo salir el ¡Mamá! resuena en mis oídos.
Ya que lo escribió Bukowski, lo cito:
...
no, nene, si vas a crear
vas a crear trabajando
16 horas por día en una mina de carbón
o
vas a crear en una piecita con tres chicos
mientras estás
desocupado,
vas a crear aunque te falte una parte de tu mente y de
tu cuerpo,
vas a crear ciego
mutilado
loco,
vas a crear con un gato trepando por tu
espalda mientras
la ciudad entera tiembla en terremotos, bombardeos,
inundaciones y fuego.
Poema: "aire y luz y tiempo y espacio"
EXCELENTE cierre. Poderosa reflexión. Una verdad que no todos son capaces de ver.
Un saludo.
La ciudad no sólo está llena de malentendidos, sino de gente metida.
Cómo nos gusta juzgar tan livianamente!!!
Por suerte, a medida que crece mi criterio, se extingue esa mala costumbre.
Besos querida Estrella.
la gente es malentendida, porque cada uno se escucha a si mismo estrella, igual está re bueno pasear aunque tengamos caras de aburridas, o no?
abraxo!
¡Excelente!
Qué prejuiciosa, Norma, ¿no?
Uno no conoce las motivaciones últimas de las personas hasta que las conoce.
A mí me aburre deambular por los centros comerciales y no tiene nada que ver con ser madre o ama de casa.
El aburrimiento también tiene mala prensa en esta cultura donde siempre debemos estar haciendo algo divertido. El aburrimiento puede ser un estado previo a la creatividad, no?
Coincido con Condesa, qué es la vida según el parámetro televisivo ¿una sit com?
Notan: ¿Llegamos realmente a conocer a alguien? ¿Es posible?
Saludos a todos
Nada me ata más a Buenos Aires, que el gusto de caminarla desentendido de todo. Así como con hastío...
ANGIE,
¿Los fines de semana largos? A veces se sienten raros, como estar fuera de escuadra.
KOBA,
¿Lo habré contado ya? Quizás en algún comentario...
STELLA,
Eso, justamente, lo escribió Bukowski, y es lo que pienso cada vez que veo a una pareja de años en silencio, pero cómodos.
JORGE,
Muchas, pero muchas gracias.
CERRIWDEN,
Bienvenida!
Sí, por eso quizás no sea bueno dejarse llevar por la primera impresión. Qué sabemos nosotros del aburrimiento del otro, "de la cara de...", del otro. Claro que nuestra imaginación algo construye, pero más de una vez, nos equivocamos. Y como a vos, me pasaba que, cuando salía de casa, cualquier "mamá" de por ahí, hacían que me pusiera en alerta, como casi contestando ¡"qué?".
NIPPUR,
Qué razón tiene B. Y, por si no leés todos los comentarios, lo de que "las parejas de muchos años tienen buenos motivos para no hablar" (no con esas exactas palabras) también lo dice él en alguna de sus poesías.
Muy bueno lo que copiaste. Gracias.
YONI,
A veces lo vemos, a veces,no.
A veces nos "intrpretan", otras, no. ¿Será?
WONDER,
¿No te pasa que apostás a una pareja porque parece que se llevan diez puntos y resulta que después te enterás que se mataban?
Buen tema, ¿no?
Besos para vos, super wonder woman!!
LEXI,
Paseemos con cara de aburridas, sí, sí... prefiero esas caras, y no las de velocidad, y con el celular y a los gritos.
JANFI,
Bueno... gracias!
NO TAN IGUALES,
Eso pensé en su momento: qué sabe ella quién está aburrida y quién no... después, cuando la vi en la calle, estuve tentada de pararla y preguntarle si estaba aburrida, pero claro que no lo hice!
CONDESA,
Es que para mí iba por el lado de "la señora", me parece. No hubiera dicho lo mismo de un señor, o de una chica. No sé.
Sí, los fines de semana largos tienen otra dimensión temporal, parecen de otro planeta (tema para un post).
Cariños, Estre
Ange
Muchas veces la mirada de los otros es la que nos nombra, como la mirada aburrida. No sabes como entiendo el tema de los ratos para la escritura entre los hijos y las mil y una rutinas diarias. Un abrazo
Mujeres, ¡esa carne de vuetras carnes que insiste en pegarse como imanes!
Liberemos cada vez que se pueda y más aún a nuestras damas de sus voraces criaturas para que anden por la calle con sus miradas perdidas o lo que les plazca.
Estrella, mil veces me pasó.
Miralos a estos... se hacían arrumacos en las reuniones de padres y son un par de cornudos... y encima ¡se odian!
Si Estrella... pasa.
JORGE,MENSAJERO,
Sobre todo, cuando los muchos hijos son pequeñitos. Después el tono del "mamá" tiene otro sonido... pero siempre están!
WONDER,
Cómo no!
Me encantó Estrella y coincido con Stella! Me encantan tus reflexiones. Si sólo aprendiéramos a mirar y escuchar sin juzgar al otro!
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