lo que
comemos.
Ni muy, muy...
¡¿Qué?!
Yo no soy un repollo y, mucho menos, una magdalena con salsa de frambuesa.
¿Acaso alguien que no come carne ES (¡ojo!, digo: ES) tan distinta a uno que sí? ¿En qué?
Se me dirá, con cierta razón, que el adicto a los hidratos de carbono será más gordo que el amante de los yuyos verdes. Pero no. Claro que no. ESTAR no es lo mismo que SER.
Dicho de otro modo: TENDRÁ unos kilos de más, pero no SERÁ esos kilos de más.
Podemos decir que Fulano es alto, morocho, inteligente, miope.
No podemos decir que Fulano es una tarta tibia de manzanas suaves sobre colchón de sensuales gajos de pomelos del sur.
Ni tan, tan...
1 comentario:
que bueno!!!!ya sabés que me gusta mucho como y que escribis,asi que seré una asidua "mirona" de tu blog!!!!!!
La vejez...todo un tema, que va a aparecer por estas páginas.....
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