27.7.07

Adhesiones y aversiones


De las idas al supermercado:

No lo dudo, empiezo por las aversiones, porque las tengo acá, atragantadas en la garganta. Ir al supermercado cada semana es algo así como emprender el camino del héroe.
1) Primer obstáculo: lo primero es lo primero, habrá que hacer una lista para no quedarse varada en el medio del súper, relojeando carros ajenos, buscando una inspiración para el menú de cada día. Hacemos la lista, aburridas, aletargadas, pero nos la olvidamos sobre la mesada de la cocina.
2) Segundo obstáculo: Una vez dentro, a elegir ese carro que sepa deslizarse por los pasillos lustrosos, que no vire caprichosamente hacia la izquierda, cuando aún no pusimos ni el guiño.
3) Tercer obstáculo: Circular al son de una horrible música, sorteando reponedores -que casi siempre son hombres inmensos-, esa mujer que ocupa todo el pasillo, con el carro atravesado de oeste a este, mientras ella, muy campante, habla por el celular, apoyada en medio de las plantas de apio y las flores de brócoli machucadas. No nos olvidemos de los nenes gritones, que siempre reclaman lo que su mamá de ninguna manera les va a comprar. Te dije que NO y NO, ¡basta!
4) Cuarto obstáculo: Si no llevamos los anteojos nuestra compra se convertirá en la caja de Pandora. Quizás, sorprendidas, al llegar a casa descubramos que trajimos salsa de tomate en lugar de dulce de frambuesa, bolsas de basura 10 x 15 y no las 50 x 70; galletitas de germen de soja biónica, antitranspirante en lugar de desodorante (¡grrrr!) o pan sin sal, que nadie, nunca, comerá.
5) Quinto obstáculo: Pufff, finalmente llegamos a la línea de cajas. ¡Acá las quiero ver! Ésta no, es para embarazadas, ésta tampoco, tenemos más de 10 productos; ¡bravo, en aquella no hay cola! Claro, porque está cerrada. Como vacas hacia el matadero nos ponemos detrás de la señora de las plantas de apio y las flores de brócoli machucadas, que sigue dale que te dale con el celular. Sabemos que tenemos para rato, con viento a favor en unos minutos nomás habremos salido de este infierno... siempre que algo espantoso no suceda en el carro anterior, como por ejemplo, que el apio no tenga precio. ¡Ah! Entonces ahí sí, estamos fritas. La cajera, displicente, pedirá a media voz un chico, que llegará al rato, silbando bajito, y allá lo vemos, paseándose entre las góndolas, mientras la cajera se emprolija la cutícula, la dueña de los apios sigue bla bla bla y nosotras, muertas de hastío, esperamos la salvación, aunque sospechamos que nadie vendrá a rescatarnos.
6) Sexto obstáculo: Si acertamos en el ta te ti, tendremos un amable intercambio con la cajera en cuestión. Si no, HORROR.

Dejamos la lata de pulpitos al escabeche porque el precio es de setenta pesos y no de siete. Ese cero minúsculo que no vimos nos demora un rato más. Qué barbaridad. Pagamos, siempre mucho más de lo imaginado, siempre, mucho más que la semana anterior, y eso que nos mantuvimos lejos de las pocas góndolas con cierto encanto: la de perfumería, librería, velitas, toallas mullidas y cacerolas de teflón. Ahora: número de documento, domicilio, firma, aclaración. El ticket de descuento que teníamos no lo encontramos, las sábanas de premio por los puntos acumulados se acabaron... ¡Basta!
7) Séptimo obstáculo: A embolsar.
8) Octavo obstáculo: A cargar en el auto.
9) Noveno obstáculo: A bajar las bolsas.
10) Décimo obstáculo: A desembolsar.
11) Décimo primer obstáculo: A guardar en alacenas, heladera, baño, según corresponda.
12) Décimo segundo obstáculo: ¡¡Descubrir que nos olvidamos el papel higiénico!!

Adhesiones:
Cuando sabemos que por unos días no volveremos por ahí.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ja, ja...¡ES así! buenísimo, lo de los carros, ja, yo también los detesto...

Anónimo dijo...

y cuando la tarjeta de debito no les funciona en ese aparatito y te mandan a otra caja a pasar tooooodo denuevo....

o cuando estas ya segunda en la cola y te empezas a acordar de tooodas las cosas que te fuiste olvidando.... y salis corriendo...con cara de perdoooon... o directamente te rendis...

o cuando nunca aparece el chico que pesa las verduras...

hay tantas...

pero alguien probo hacer las compras por Internet???

Anónimo dijo...

Y ni hablar de si tenes que pagar con Ticket, o cuando la señora del apio se quedo sin saldo en la tarjeta!!!!!!!!! Uf podriamos decir tantas de esas.

guadis! dijo...

En general cuando encontraste una caa en la que hay una o a lo sumo dos personas, esa caja se rompe/se queda sin cambio/se traba...
Lo que puedo sumar desde una esperiencia en el país del norte es que me MUERO de frío por las heladeras y el aire acondicionado!! Saludos!

Anónimo dijo...

Otro obstaculo o mejor dicho dos:

Cuando la compra es para envio y tarda tres veces mas.

Cuando despues de la compra hay que pagar alguna cuenta del pago facil.

Eterna la espera

Anónimo dijo...

Pero porque no aprendes a vivir en sociedad, sino andate a vivir a una isla ¿ok?

Anónimo dijo...

nada tiene que ver con esto con irse a vivir a una isla... ni con aprender a vivir en sociedad... es una observacion que esta bueno hacer y, mas todavia, riendonos... que se yo! a mi me gusto!!