12.7.10

En Areco


Pasar un 9 de Julio en San Antonio de Areco no está nada mal.
Qué día, qué sol.
Ni una nube allá arriba. El azul intenso como fondo perfecto, y bajo ese cielo la Plaza, la Iglesia, la Municipalidad.
Nos sentamos en la vereda de una de las esquinas a tomar un café, a media mañana. Los turistas van llegando, seducidos por el sol que caliente en pleno invierno a pesar del aire frío. Todo se ve más lindo con la luz de la mañana en días despejados. Las cuadras de la Plaza, libres de carteles, de postes, de cables, se convierten en la perfecta escenografía por donde circulan locales y visitantes.

Caminamos por la calle Don Segundo Sombra, la más linda de Areco, y nos cruzamos con un gaucho posmoderno que, con una sonrisa fácil y guiñándonos un ojo picarón nos dice: "¡Que no está el día pa´corpiño calao!". La verdad que no, así que nos emponchamos aún más y siempre por la vereda del sol seguimos el camino hacia el Museo de Molina Campos.

Recorro la galería, atenta a las peripecias de Tiléforo Areco; desde afuera llega el sonido de las guitarras criollas. Me detengo en la lámina publicada en enero de 1931, primera vez que Alpargatas reproduce en los almanaques la obra del pintor de Areco.
Pienso en Don Segundo Sombra, en Fabián Cáceres, en el pendenciero tape Burgos y lamento que el Museo Ricardo Guiraldes esté cerrado. No se sabe cuánto tiempo llevará restaurar lo que la inundación de hace unos meses destruyó. Habrá que volver cuando todo esté listo. Mientras tanto, veo a los gauchos de hoy bailar gatos y chacareras, con sus ropas tradicionales y sus ganas de cantar. Un jovencísimo turista holandés zigzaguea por entre la gente en busca del último choripán, sin siquiera sospechar que unas horas después estará lamentando la derrota futbolera.
Antes de partir, nos tentamos en un puesto de productos regionales, donde un auténtico personaje de Molina Campo (la misma boca, los mismos ojos) nos convence de que esas naranjas, las de ombligo, son las más sabrosas de los pagos de Areco.

11 comentarios:

Minombresabeahierba dijo...

Muy Interesante.

Tantos años yendo a trabajar a campos de la zona, y de la ciudad sólo fui a restaurantes.

Besotes

dr 7 dijo...

Quisiera ver a ese gaucho postmoderno.

Betina Z dijo...

Uy, Estre... hace tiempo que tengo ganas de conocer Areco. El año pasado estaba averiguando cómo era el tema del hospedaje, con intenciones de pasar un fin de semana, pero después se produjo la inundación; lamentablemente, los daños fueron importantes (entre otras cosas, el museo Güiraldes estaba cerrado), así que suspendí el asunto.
Ahora, tu post me renovó las ganas. ¡Qué lindo suena estar ahí! Contá más, plis...

S. U dijo...

"Un jovencisimo turista holandes busca el ultimo choripan sis ssospechar que su pais va a caer en el futbol"
JAJAJA
Bueno, mas o menos la frase porque aca no puedo copiar y pegar.
Che, el gaucho que te dijo lo del "corpiño calao", qué atrevido!!!
jajaja
Parece que lo pasaste muy bien.
Bss

Juanma dijo...

Qué lindo! Cuando quieran arreglamos un asadito en el campo de mi familia, en el partido de 25 de mayo.
Resido en Bs. As. pero disfruto pasar unos días en el campo, te lo dice un albertino que vivió durante 17 años en Chivilcoy.
Beso!

ADENOZ dijo...

El de las naranjas sabía lo que decía.
Un mensaje de texto le había informado la posta.

Necesito tu opinión sobre un texto en mi blog.
Abrazo.

La herida de Paris dijo...

El universo gauchesco me resulta impenetrable, pero las naranjas parecen buenas.

Saludos.

La candorosa dijo...

Molina Campos ¡¡cómo me gustan sus ilustraciones!!, maravillosas ¡¡todas!!

Y que maravilloso 9 de julio tuvo, ¡¡mujer!!

¡¡Abrazossssss!!

Anónimo dijo...

Pobre la holandesa!
De Areco me encantó la gente que se pone a bailar en la plaza, chacarera, gato o tango, asi nomás sin complejo ni vergüenza.

Es una linda ciudad.

un beso

ADENOZ dijo...

Molina Campo es de mis preferidos.
Actualmente se busca (en el arte) la trascendencia en otros ámbitos, otros espacios. Mucho arte abstracto, en mundos imposibles e inabarcables.
Mis compañeros en arte producen sobre contextos ilusorios, oníricos.
Vengo proponiendo un rescate de lo cotidiano, lo costumbrista, lo real.
Aunque no descarto la sensación de la abstracción, trato de focalizarme en lo palpable, lo reconocible.
No es una batalla fácil.

La condesa sangrienta dijo...

Me encantan tus crónicas.
Un beso!