18.10.10

En el nombre del padre III


No puedo resistir la tentación de meter las narices en los libros que hablan del padre, de la madre, de la infancia, de la enfermedad.
A veces, todos estos temas se entretejen en la misma historia, como es el caso de Los hermanos Karamasov, de Dostoievski; Patrimonio, de Philiph Roth; El buen dolor, de Guillermo Saccomano; Papá, de Federico Jeanmaire; Resolana, de Lucía Mazzinghi.

Estos últimos tiempos anduve casi llorando por los rincones. Les cuento por qué.
Leí primero Algunas madres también se mueren, de Inés Ulanosvsky, la hija de Carlos U. y de Marta Merkin. Apenas pasadas las primeras páginas, pensé que no iba a tener el valor de acompañar a la hija en su dolor, pero lo hice, llegué al final.

Es un libro chiquito, hecho de retazos de recuerdos aún en carne viva, de rabia a la intemperie, de miedo y desasosiego, pero de un amor tan grande como la pena que cuenta. La hija se acerca a la escritura para acercarse a la madre, para no olvidar, y uno entonces agradece la palabra que dice, porque por momentos el dolor de Inés se convierte en nuestro propio dolor.

Seguí después –y sé que no es casualidad–, con Tiempo de Vida, de Marcos Giralt Torrente. Lo tengo subrayado de principio a fin.
Subrayé cada grito, cada momento de extrema lucidez, cuando el hijo decide desnudar el atasco continuo que fue la relación con ese padre que acaba de morir.
¿Cuándo empezó el silencio, el paréntesis, la congoja, la huida? Girald Torrente decide escapar de la ficción y escribir esta historia de dos con una sola voz, la propia, tan doliente y descarnada en su afán por reconstruir la figura del padre, como decidida a liberarla de adherencias y liberarse él mismo de perpetuos resentimientos.
Hay, finalmente, un encuentro: el mejor de los encuentros entre el hijo que queda y el padre que sufre y que muere cada día, impúdicamente pero ya sin tropiezos.
Llego a la página 200, a la última página. Cierro el libro pero no puedo dejarlo a un lado, como si quisiera volver a empezar y así descifrar en qué preciso instante el dolor fortalece y cura, no ya el cuerpo, sino el sentir más profundo, el del corazón que ha quedado herido.

Para terminar con este ciclo de tristeza infinita, leo Desartculaciones, de Sylvia Molloy, un lindo libro de Eterna Cadencia. No es la madre, no es el padre quien enferma en este caso. Es una amiga que padece Mal de Alzheimer. Son apenas 70 páginas de una especie de Diario de visitas: allí, Molloy se pregunta cómo cuenta el yo que no recuerda... pero se los cuento en otro post, para que no se pongan tan tristes.

29 comentarios:

. dijo...

Hay un maravilloso libro de principios de los 80 escrito por Carlos Ulanovsky que se llama "Seamos felices mientras estamos aqui" , que cuenta su exilio en México, la lucha de su esposa Marta y sus pequeñas hijas Ines y Julieta por adaptarse , su agradecimiento y la definitiva condiciòn "argenmex" de la familia. Después de eso , seguí la vida de la familia con atención de cholulo y cariño de amigo. Además de la historia de la radio (con la participaciòn de Merkin) que construyò Ula en estos años, y de atender todos sus programas y votar Reunion Cumbre en Eter cada vez que puedo y seguir las historias vinculadas a la fotografía y el diseño de las muchachas (Una historia de los colectivos tambien ¿no?) no he podido comprar el libro que mencionas porque me pareciò un volumen de dolor que no podría bancarme.

Igual te agradezco que avises que es un buen texto, tal vez continue mi relaciòn con el matrimonio con dos nenas que comenzó en el 80 y pico.

Anónimo dijo...

Sí, el dolor, todo eso me hace mal en este momento. Prefiero leer otras cosas.
Pregunta: Este Torrente tiene algo que ver con Torrente Ballester?
Un beso
Anónima N° 7

Ceci dijo...

No sé si me atrevo...
Me hiciste acordar a un blog que vi hace un tiempo, en donde un fotógrafo relata con imágenes y palabras los últimos días con su padre. Se llama Days with my father (dejo el link).
Beso, Estrella.

Anónimo dijo...

EStre: Averigue y es el nieto de torrente ballester e hijo del escultor juan giralt.
Besos
Anónima N° 7

Estrella dijo...

.

Qué interesante lo que me contás. Creo que supe en su momento de ese libro, pero como todo pasa tan rápido, seguramente algún otro entusiasmo lector hizo que lo olvidara. Estaré atenta, a ver si lo encuentro. Siempre me gustó mucho Ulanosvky, un hombre muy agradable, de esos que no abundan. Me acuerdo de su programa de radio los sábados a la tarde, El Disfrute de la semana. Hace poco lo vi en Milion, crucé unas palabras con él.
Animate con la historia de Inés, a pesar del dolor, que se te pega, reconforta ser testigo de amores tan fuertes y constructivos.
Gracias!

ANÓNIMA 7,

Mirá vos, no sabía. A Torrente Ballesteros claro que lo conozco, pero no al "padre", al escultor. El libro es muy doloroso, ni se te ocurra, entonces.
Gracias!

CECI,

Mil gracias por el link. YA voy para allá!!!

magu dijo...

Sufrí tanto con la muerte de mis viejos, que no podría leer la muerte de otros padres. Pero bueno, jaja premio consuelo
aún puedo recitar las coplas de MANRIQUE POR LA MUERTE DE SU PADRE
jajaa

saludos

cuan presto se va el placer
como después de acordado da dolor
como a nuestro.................................(acento gallego)

eh... no soporto (por triste)
QUE LO CRIÉ DE POTRILLOOOOOOOO (la canción del caballito que debe sacrificar un peón).

Betina Z dijo...

Qué valiente, Estrella! El tema es interesante, claro, pero demasiado doloroso. Así como hay cierto tipo de películas que a esta altura elijo no ver (holocausto, guerra, torturas, centros de detención, niños con enfermedades terminales, etc, etc), lo mismo me ocurre con algunas lecturas. Sí libros que aborden el tema de los vínculos familiares, pero no el registro tan en carne viva de la pérdida.
Y vos te deglutiste 3 al hilo! Sos una sufridora serial... :)

Anónimo dijo...

Hay una entrevista linda al tipo éste en Blogia lo googleás y aparece.
Bss
Anónima N° 7

Lolita y El Profesor dijo...

¿Se preguntó cuál es la razón por la que tiene especial predilección por las historias de familia?
Curioso, en un país que se resiste a "historizar", somos varios los que nos empeñamos en revisar la historia.

El Profesor

Anónimo dijo...

Estrella,

Como siempre un lujo este post y un placer leerlo. Aporto mis dos últimas experiencias literarias en materia de padres, madres, hijos y hermanos. Todos haciendo y entendiendo siempre todo mal. En ambos casos, después vamos a entender que no son más que personas haciendo lo único que saben hacer, tratando de ser mejores pero sin saber cómo, y casi siempre pifiándole:

1) Las garras del niño inútil de Luis Mey. El protagonista es un niño (Maxi) que describe su visión del mundo y de su familia, ambos violentos, desgraciados, infelices, y que parecen irse a pique en todo momento.

http://dbocaenboca.wordpress.com/2010/09/30/luis-mey-las-garras-del-ninio-inutil/

2) En cince minutos levántate María de Pablo Ramos. La protagonista es María, madre de Gabriel (alter ego de Ramos) que en esos cinco minutos (que se vuelven horas) entre que se despierta y se levanta de la cama, nos cuenta su vida entera, la de "este hombre" que duerme indiferente a su lado, y la de sus hijos, que se mueven entre la droga, el alcohol y el desengaño amoroso.

http://dbocaenboca.wordpress.com/2010/10/11/pablo-ramos-en-cinco-minutos-levantate-maria/

Ambas excelentes y conmovedoras.

Un beso y te felicito por el blog

Marina R. Lijtmaer

Pablo dijo...

El libro de Ines U. es increíble. Lindo lugar, la próxima traigo cafe. =)

lucia dijo...

lee candy de corbacho...!

Estrella dijo...

MAGU,

Ah, las coplas de Manrique, qué belleza!

BETINZA Z,

Tampoco veo películas sobre:

holocausto, guerra, torturas, centros de detención, niños con enfermedades terminales, etc, etc)

así, tal cual enumerás vos. Pero leerlo se me hace más fácil, quizás porque uno puede parar, respirar, detenerse... quizás porque muchas veces la belleza de la prosa me lleva a esos instantes de epifanía donde de golpe se hace la luz y uno cree entender de qué va este mundo raro.

Ahora estoy muy atrapada con el libro de Cristián Alarcón: Si me querés, quereme transa. Creo que estoy sufriendo aún más que con las historias de los padres. Ya escribiré sobre eso, porque creo que tengo mucho para decir... tendrán que ayudarme a pensar!

LOLITA Y EL PROFESOR,

Quizás la clave esté en el principio de la novela de Tolstoi. Cito de memoria: "Todas las familias felices se parecen. Las infelices lo son cada una a su manera". En estos casos, la infelicidad es el dolor, la enfermedad, la muerte.
Gracias!

DBOCA EN BOCA,

Interesantísimas tus recomendaciones, marina. Ahora me voy a recorrer tu blog.
Sabés que leí todo lo de Pablo Ramos. Mi preferido es La ley de la ferocidad. Aún no me decidé con este último, pero después de tu recomendación, lo anoto en mi lista de pendientes. ¡Tanto para leer y uno a las corridas!

PABLO,

Qué rico. Para mí sin cortar!

LUCÍA,

Ja, lo tengo reservadísimo, para esos momentos en que uno necesita una historia que te saque del aquí y ahora! Pero más tristezas, uf...

Estrella dijo...

ANÓNIMA 7,

Gracias! La voy a leer.

( ) dijo...

en algún lado y hace años leí o escuché algo con lo que no coincido, en principio, pero insiste, viene, o cae, cada tanto. Si lo hubiera querido, no habría escrito una novela, rezaba.

Anónimo dijo...

???!!!

janfi dijo...

Se aprende a ser hijo cuando uno es padre,
se aprende a ser padre cuando se es abuelo.

Una cosa es querer aprender y otra muy distinta es suponer que se aprendió.
Se produce entonces la extraña paradoja de que si siempre estamos aprendiendo, entonces nunca terminamos de aprender.
(espero no ganarme un ???!!!)

rodolfo dijo...

Respecto al tema "testimonial familiar" expresado por escritores famosos y de los otros, tengo una teoría: deben ser cortos y concretos; sino se me hacen novelados y pierden credibilidad aún estando bien relatados.
Es una sensación propia y absolutamente equivocada como corresponde ser, o no.

La herida de Paris dijo...

Yo con Resolana ya tuve suficiente por un tiempo con el género.

Me considero un privilegiado por tener a mis dos viejos en perfecto estado de salud con 87, ambos. Un don por el cual no dejo de agradecer a Dios todos los días y de disfrutarlos todo lo que puedo.

Saludos y admiro tu valentía para afrontar ciertas lecturas.

La condesa sangrienta dijo...

No estoy sintonizada para ese tipo de lecturas ahora, pero anoto, anoto y guardo para mejor ocasión.
un beso grande

Anónimo dijo...

Ay Estre! cuando leí, hace un tiempo el comentario del libro de I.Ulanovsky en la Espada, Sam contó que esa noche no pudo dormir. Pasaron unos días y la escuché a I. Ulanovsky comentando el libro y me angustié tanto, que ahí yo no pude conciliar el sueño. Efectivamente creo que hay que prepararse pero es como sufrir por anticipado.
Despues de un breve paso por el infierno, no me atemorizaba tanto mi dolor como el que podría llegar a provocarle a los que me quieren... es insoportable ese peso, no podes imaginarlo. Y muchas cosas vas pensando para que se termine pronto, rápido, que sea un sueño. Después desperté de ese sueño,todo pasó pero el susto tremendo hace que por el momento huya de libros tan dolorosos.
Como siempre un gusto leerte
Filo

Anónimo dijo...

¿Che para tanto es lo de I. Ulanovsky? Me da miedito. No sé si quiero leerlo ahora.

Estrella, si leés "En cinco minutos..." después contame qué te pareció.

Besos,

Anónimo dijo...

Che, de relatos autobiográficos a mi me gustó "Vivir para contarla" de Gabo que es vital, no tiene esos temas tan dolorosos, es pura vida.
Anónima N° 7

Estrella dijo...

()

Nos falta data, ()... ¿cómo te nombro? gracias por pasar, para decir lo que quieras :)

RODOLFO,

Vos bien podrías escribir una novela sobre tu madre, con lo bien que te salió ese post. Tendrás mucho qué contar, novelá, nomás!

HERIDA,

La verdad es que quedé triste, tendré que ventirlarme con otra cosa.
Afortunadísimo de tener a tus padres, opi.

CONDESA,

Mejor no, mejor no. Para más adelante y de a poquito, lentamente :)

JANFI,

Ja, nada de ???. Pasa que estamos en un edad extraña, en el medio del devenir, atajando hijos y padres por igual. No sé si se aprende, se ensaya y se ensaya; a veces sale bien...

FILO,

El de I. U. es especialmente doloroso. Dan ganas de meterse dentro del libro para consolarla un poco.
Pasé mis épocas en las que no podía ni asomar la nariz en estas historias. Ahora puedo, pero confieso que esta secuencia fue casi como una sobredosis. Necesito un poco de Mary Poppins!
Gracias, Filo, sos un sol.

DBOCAENBOCA,

Sí, es tremendo.
Claro que te aviso en cuanto lo lea. Ahora estoy con "Si querés quereme transa", que también es un bajón; diferente, pero bajón-bajón...

ANÓNIMA 7,

Claro, muy buena. Me gusta mucho leer autobiografías. Recuerdo especialmente la de Klaus Kinski, no sé por qué. Pero leí monnnnntonesss!

Anónimo dijo...

AHH... si querés mary poppins, ¿leiste La naturaleza del amor- de María Fasce? Es linda, entretenida, divertida.
Anóinima N° 7

Anónimo dijo...

Leí el anterior de Alarcón hace un tiempito, "Cuando me muera quiero que me toquen cumbia". Cuando lo ví en la librería no sabía lo que era y lo compre porque dije "un título así merece estar en mi biblioteca" jaja. Pero no me gustó mucho :( Admito que el trabajo del autor a nivel periodístico es admirable, pero no me resultó atractiva la lectura. Tal vez porque le doy demasiada bola al "estilo" y no tanto a la historia. Igual, obvio que no está de más leerlo.

Besos

lexi dijo...

qué lindo volver a pasar por acá :)

Anónimo dijo...

Estrella: Yo también soy una adicta a los libros que hablan sobre padres, madres e infancia. Leí algunos de los que recomiendan por ahí, pero el que más me gustó es "Algunos apuntes sobre mi madre" de Marcelo Damiani. Es excelente. Te lo recomiendo.
Saludos.
Sol

fabronidagley dijo...

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